Serie de microrelatos sobre algunas parejas canon o no del videojuego de Apex Legends. No están conectadas entre sí.
Pueden hacer peticiones así como también escribiremos algunos cuantos nosotras.
Esperamos que lo disfruten.
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"Dale tiempo al tiempo, ella lo olvidará... pronto volverá a hablarte."
Suspiró algo decaído, mientras recordaba las palabras de su mejor amiga Renee. La pelinegra desconocía toda la situación entre ellos, sin embargo, después de notarlo un tanto perdido durante días decidió indagar sobre su estado, descubriendo que al parecer no hace mucho él y Ramya empezaron a frecuentarse hasta dejar a Elliott totalmente enganchado.
No obstante, el brillo en su mirada desapareció cuando le explicó el malentendido que tomó lugar unas semanas atrás. También el cómo intento disculparse por todos los medios posibles, pero se rindió cuando a sus oídos llegó el rumor de que Ramya estaba buscando un nuevo lugar para su taller.
¿De verdad había sido tan grave? Puede que le haya robado una victoria, pero al final, el cambiaría cada una de estas por el que la chica volviese a dirigirle la palabra. ¿Por qué ella no pensaba igual? ¿Acaso no era correspondido?
Se sentía un verdadero idiota, y este presentimiento aumentaba cuando desesperado por no tener esperanza, se repetía las palabras de Renee, una y otra y otra vez, anhelando a que se cumplieran como un pequeño niño deseando ver un regalo debajo del árbol durante Navidad.
Uno de sus hologramas movió su mano frente suyo para regresarlo a la realidad, al parecer un cliente en su bar lo había estado llamando hace casi un par de minutos, pero al estar divagando en sus propios pensamientos no le habría prestado atención alguna.
—¿Todo bien, guapo? —le pregunto la ilusión que se encontraba apoyado en la barra de servicio.
—E-eh, ¡sí! t-te... to-todo bien, ¿qué alguien me llama, dijiste? —el contrario le sonrió, e hizo un leve movimiento de cabeza, apuntando al cliente.
Elliott caminó hacia él, un tanto distraído por los pensamientos que hacían eco en su cabeza. Cuando se dio cuenta, ya estaba frente a la mesa, siendo recibido por una voz muy familiar.
—¡Colega! Hasta que despiertas —sus ojos se fijaron en el hombre de complexión robusta, Gibraltar había venido por unos tragos con sus amigas, y examinando rápidamente la mesa, notó que sus acompañantes en cuestión eran Anita...
Y Ramya.
En sus ojos resaltó una chispa de felicidad por el simple hecho de verla ahí sentada —ignorando su presencia pero igualmente—, estando ahí.
—A-ah, ¡amigos! Que ga-go-gusto verlos... ¿Qué van a querer? —cuestionó mientras intentaba no fijarse solamente en la pelinegra.
—Una ronda de cerveza para iniciar, Elliott —respondió Anita, con su voz calmada pero firme.
