Serie de microrelatos sobre algunas parejas canon o no del videojuego de Apex Legends. No están conectadas entre sí.
Pueden hacer peticiones así como también escribiremos algunos cuantos nosotras.
Esperamos que lo disfruten.
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—¡Cuando te vas eres en todo lo que pienso! —Elliott se sorprendió a sí mismo con la fluidez que dijo eso. Y encima había gritado un poco. Sólo un poco.
Hyeon levantó inmediatamente la mirada, dirigiéndola hacia el otro hombre, buscando algún indicio de burla en su rostro, pero se avergonzó al no encontrar nada parecido. Sólo un gesto completamente serio por parte del ilusionista.
La temporada había acabado hacia ya algunas semanas. En cuanto las "vacaciones" que se les dan empiezan, la mayoría abandonan el complejo, sólo unas pocas se quedan ahí, y salen de vez en cuando, pero ese no era lugar de alguien como Crypto, que buscaba algo que nunca iba a encontrar ahí; y mucho menos de alguien como Mirage que estaba a cargo de su bar.
Pero sería una completa mentira si Elliott decía, o tan sólo pensaba en que no le preocupaba la rapidez con la que Hyeon había desaparecido, y eso incluyendo que se había llevado todas sus cosas de la que era su habitación en las instalaciones destinadas únicamente para el uso de las leyendas.
Se había llevado todo lo que podía —claro, solamente de sus pertenencias, nunca se llevaría nada de lo que le brinda el Sindicato—, y había dejado algunas cosas por las que podría volver en un buen tiempo. Elliott no consideraba que Hyeon fuera un hombre ocupado precisamente en su imagen, pero le desconcertó que apenas había dejado un par de pantalones y camisetas en su pobre armario.
No podía evitar preguntarse, ¿a dónde iba Crypto? ¿Y por qué tardaba tanto tiempo?
¿Cuándo volvería?
No era extraño que Elliott hubiera desarrollado algunos sentimientos por el otro hombre. Es decir, se molestaban mutuamente después de la exótica primera interacción que tuvieron, pero después de eso, sólo eran algunas sutiles bromas entre un par de amigos, y aunque no mantenían tantas conversaciones serias, Elliott realmente no era capaz de mandar en sus sentimientos.
Es decir, ni siquiera podía controlar completamente lo que salía de su boca.
—Yo... es sólo... —Elliott se interrumpió a sí mismo y bajó la mirada, rascó su nunca en muestra de nerviosismo. Podía sentir esa pesada y fría mirada que Hyeon mantenía la mayoría del tiempo y no ayudaba en nada.
—Yo sólo fui a...
—No tienes que decírmelo. No es tu obli-obligación, mucho menos conmigo.
Hyeon sonrió internamente y agradeció. Claro que le habría dicho alguna mentira sobre su antiguo paradero, pero la manera en la que Elliott se estaba mostrando ante él lograba hacer que se sintiera un poco mal con el embaucador.
