Serie de microrelatos sobre algunas parejas canon o no del videojuego de Apex Legends. No están conectadas entre sí.
Pueden hacer peticiones así como también escribiremos algunos cuantos nosotras.
Esperamos que lo disfruten.
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—No me gusta —susurró Alexander para sí mismo—. No es... —el hombre dio un saltó hacia atrás al ver una reacción inesperada de las mezclas que se encontraba haciendo en ese momento.
—Deberías poner más atención y dejar de pensar tanto en ella —Natalie estaba de pie en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada firme—, has estado muy distraído doctor Nox.
El mayor miró rápidamente a la ingeniera.
—No sé a lo que te refieres —fue interrumpido por una leve tos—. No estoy distraído.
La chica dudó unos segundos, y empezó a caminar lentamente hacia el otro—. Soy observadora, y lo sabes bien —sonrió un poco, y Alexander no supo si tomarlo como burla u otra cosa—. He notado como miras a la doctora Somers. No me puedes decir que no...
—Silencio —Nox golpeó levemente la mesa con la mano derecha hecha un puño, pero no tan fuerte como para asustar a Natalie. Era cuidadoso con la contraria.
—Caustic —la menor lo llamó por su "nombre artístico" en un tono demandante, el mencionado la miró un tanto expectante—. Tener sentimientos por otra leyenda no está mal. Lo que está mal es negarlos de esa manera.
—No es amor —le cortó rápidamente el contrario.
—Nunca dije que lo fuera.
Nox la miró despectivamente. No le gustaba para nada a donde se estaba dirigiendo la conversación. No le hacía sentir cómodo.
Hacía tanto tiempo que se había permitido cosas como esas. Y cuando tuvo que fingir su muerte... fue aun mucho más difícil para él.
Había permanecido un buen tiempo enfocado únicamente en sus experimentos y asuntos científicos para si quiera pensar en permitirse sentir algo más allá que respeto hacia las personas que lo rodeaba, hacia las leyendas que eran lo que tenía más cercano a una familia.
Pero cuando conoció a Mary, cambiaron un poco las cosas.
La observaba. Se limitaba únicamente a eso. No quería llevar las cosas más lejos. No estaba preparado. No se sentía preparado.
Y había sentido ese calor inigualable en el pecho, cuando, una mañana, se había tomado más tiempo del usual sirviéndose café. Normalmente se levantaba a una hora en la que procuraba que ninguna leyenda se presentara en la cocina, pero había tomado un poco más de tiempo cuando sus pensamientos divagaron y... de un momento a otro, la científica se encontraba junto a él compartiendo una agradable charla y una excelente taza de café bien condimentada.
