𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒖𝒏 𝒂𝒎𝒊𝒈𝒐

-𝑬𝒍 𝒉𝒐𝒔𝒑𝒊𝒕𝒂𝒍-

Se escuchan risas en un hospital de Japón, normalmente esto no sucedería en un hospital, mas hace poco había llegado un chico de cabellos naranjas brillantes y gran sonrisa, había llegado al hospital debido a que estaba enfermo de asma, sin embargo siempre podías verlo con una sonrisa y alegrando a otros de los pacientes. El chico siempre estaba alegre o hablando de voleibol, el cual en realidad era su sueño, mas debido a su enfermedad ahora era algo imposible para el, quien se limitaba a solo verlo por televisión, si no es que estaba dando vueltas por el hospital, escapando de aquellos doctores o comidas asquerosas de hospital.

Nuestro chico se encontraba jugando ajedrez en la sala de espera con uno de los familiares un paciente, como casi todo los martes de diciembre, estaba apunto de ganar cuando una enfermera apareció y se puso a lado de el joven de cabellos naranjas, dio un suspiro, el joven la miro y esta hablo -Hinata, te estuve buscando- dijo la chica cansada, mientras recuperaba el aliento lentamente. -No me digas que es hora de el tratamiento- Dijo Hinata suspirando cansado, parecía harto. -No, no es eso, es que ha venido un jugador de voleibol al hospital, hoy- dijo sonriendo. Hinata abrió sus ojos de impresión, nunca había visto un jugador profesional en persona -Iré a verlo- dijo Hinata dando un salto para luego echarse a correr, mas no tardo en volver con la enfermera -Eh, esto, ¿donde es que esta?- pregunto Hinata avergonzado luego de haber corrido sin sentido. -Esta en recepción y por favor recuerda, no puedes correr- Hinata dio un suspiro amargo, mas no dejo que su chispa se apagara -Bien, iré a verlo caminando- dijo y se alejo hacia recepción.  

Un joven muy alto de ojos azul oscuro estaba en recepción, su cabello negro estaba sobre su frente, tenia un balón de voleibol en mano y el seño fruncido. Hinata lo observo mientras se acercaba cuidadoso -Debe ser el- pensó en voz alta. Se acerco lo suficiente y le dijo a aquel chico de seño fruncido -Hola, ¿tu juegas voleibol, no?- el chico era bastante alto, tuve que mirar para abajo para mirar a Hinata quien tan solo media 164,2 cm -No gracias- contesto el chico de negros cabellos -¿No gracias? ¿eso que quiere decir?- Pregunto Hinata confundido ante la reacción de el chico, el cual lo miro con molestia y luego de girar su mirada en señal de fastidio volvió a hablar -No me gustan los niños pequeños- dijo y comenzó a caminar. Hinata se quedo petrificado mas luego al reaccionar su rostro se torno molesto, sus mejillas se inflaron y tornaron rojas, tomo vuelo, miro aquel chico caminar y se lanzo sobre el cayendo sobre sus hombros, aferrándose al cuerpo de aquel chico Hinata batallaba con el chico quien asuntado y molesto quería tumbarlo de encima suyo -Yo no soy un niño pequeño, idiota- le gritaba Hinata desesperado -¿Idiota? maldita sea, ¿quien te crees que eres?- decía el chico de ojos azules al batallar por bajar a Hinata de su espalda -Soy Hinata Shoyo, ¿quien eres tu?- dijo Hinata orgulloso -Me llamo Kageyama Tobio- Dijo el chico cuando por fin logro bajar a Hinta de encima, dejándolo tumbado en el suelo, Hinata lo miro sorprendido y entonces aquel chico en tono fastidiado hablo -No creas que porque estas enfermo, te dejare hacer lo que quieras- Hinata lo miro asombrado para luego decirle -¿quiere decir que me ves como cualquier otra persona?- Kageyama lo miro molesto y le contesto -Por supuesto, para mi eres como cualquier otro- Hinata lo miro por un momento, y luego sus ojos reflejaron un brillo que nunca antes, el chico de cabellos naranjas sonrió de lado a lado y se levanto de el suelo de un salto para posarse frente Kageyama -Me agradas, se mi amigo- dijo Hinata extendiendo su mano para aquel chico que lo miraba impactado, mas luego tomo su seriedad natural y siguió caminando ignorando la mano de Hinata -No tengo amigos- le contesto y comenzó a caminar. 

Cualquier otro ante tan actitud tan grosera se hubiera alejado, pero no nuestro protagonista, Hinata era un chico distinto, y el hecho de que Kageyama lo viera como un chico normal y no uno enfermo que merece cuidados especiales lo hacia muy feliz, estaba claro que había puesto su ojo en el y no estaba en sus planes dejarlo ir así de fácil. Como Kageyama había rechazado directamente la propuesta de amistad de Hinata, hizo lo único que sabia hacer cuando alguien le ignoraba, seguirlo eh insistir -Por favor, seamos amigos- decía Hinata haciendo pucheros mientras caminaba a lado de Kageyama. -Te he dicho que no tengo amigos- dijo Kageyama fastidiado, sin embargo Hinata insistió -Pues si no tienes yo puedo ser tu amigo- dijo el chico de cabellos naranjas sonriendo. -No- dijo el pelinegro. -Por favor, se mi amigo- decía Hinata una y otra vez, y el pelinegro se limitaba a negar con la cabeza. -Al menos me dejas tocar tu balón- dijo Hinata decepcionado -¿mi balón?- preguntaba el pelinegro sorprendido -¿que pasa?- pregunto Hinata extrañado, Kageyama se veía alterado. -¿No e das cuenta idiota? no tengo mi balón- Hinata se tomo un minuto para observar a Kageyama y luego decir -alaa, es verdad- Kageyama desesperado comenzó a golpear su cabeza -¿Donde me lo he dejado?- se preguntaba a si mismo furioso. -se donde puede estar!- dijo Hinata recordando a lo que Kageyama contesto -¿Donde?- Hinata lo miro y le dijo -En recepción, cuando me monte sobre tu espalda- Kageyama pareció recordar un momento, miraba hacia arriba como si la respuesta estuviera en el techo de el hospital, incluso se veía tierno, pero no duro demasiado cuando Kageyama reacciono muy molesto -Idiota, entonces es tu culpa que perdiera mi balón- Hinata se asusto y le dijo con una risa nerviosa -si creo que fue mi culpa, jejeje- Kageyama le tiro una mirada que infringía miedo  dijo mientras comenzaba a caminar -Voy a buscar mi balón, piérdete- creyó que había dejando a Hinata atrás cuando este le dijo -No, yo lo perdí, te ayudare a recuperarlo- sin siquiera mirarlo Kageyama le dijo -piérdete, no quiero tu ayuda- sin embargo como nuestro chico de cabellos naranjas acostumbraba no lo escuchaba y lo siguió hasta recepción.