-𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒕𝒖 𝒎𝒆 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒆𝒔-

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Hinata y Kageyama se encontraban peleando, mientras el resto de los miembros del gimnasio miraban la escena, algunos aun no daban crédito a lo que recién había pasado y se conservaban callados, mas otros comenzaron a rumorear -¿ha sido suerte?- pregunto el entrenador Takeda temeroso, a lo que el entrenador le respondió muy serio -no lo creo- ambos se miraron y luego asintieron con la cabeza, no estaban seguros de que había pasado, pero si alguien era capaz de golpear los pases de Kageyama no podían desaprovechar la oportunidad de esto, aquel chico misterioso de cabellos naranjas debía estar en el equipo. Hinata y Kageyama se miraban el uno a el otro luego de haber peleado unos segundos, de pronto ya no hacían ruido, solo se miraban el uno al otro y luego miraban sus manos, estaban rojas, aquella sensación había sido muy satisfactoria, tanto como Hinata, Kageyama amaba el voleibol y hoy para ambos se había abierto una puerta muy grande. -oye tu, mandarina andante- le grito el entrenador a Hinata interrumpiendo el momento que tenia con Kageyama. -¿yo?- pregunto ingenuamente Hinata a el entrenador. -¿ves alguna otra mandarina andante?- le respondió el entrenador. Hinata era bastante ingenuo a veces, y ante la respuesta de el entrenador se giro a mirar a Kageyama, como si estuviera esperando ver la respuesta en su rostro, Kageyama le dio un golpe en la espada a Hinata indicándole que fuese con el entrenador y así hizo este. -los demás, entrenen servicios- dijo el entrenador cuando tuvo a Hinata parado enfrente suyo. -preséntate- dijo el entrenador Ukai -por favor- agrego el profesor Takeda. -mi nombre es Hinata Shoyo- dijo Hinata en tono alto y colocando su mano derecha en el pecho. El entrenador lo miro de arriba para abajo y de abajo para arriba -¿estas enfermo?- pregunto dudando en si unirlo o no al equipo. Hinata pudo presentir el porque le preguntaba y decidió que si quería tener un futuro en el voleibol debía mentir por esta vez -estaba, están apunto de darme de alta- el entrenador Ukai miro a Hinata fijamente suspiro, agacho su cabeza y luego con ambos ojos cerrados cruzo los brazos, ante la reacción de el entrenador Ukai, el profesor Takeda miro a Hinata y le dijo -eso significa que quiere pedirte que te unas al equipo!- Hinata pestaño dos veces y luego se tallo sus ojos fuertemente -¿es enserio? ¿no es una broma?- el profesor Takeda comenzó a reír -mmm, el entrenador no suele hacer bromas, siempre va muy en serio- dijo en tono amable. El entrenador algo avergonzado pregunto -¿entonces? ¿te unes?- Hinata no contesto, sintió como algo atravesaba su corazón y el estomago le revoloteaba, tenia ganas de llorar de felicidad, sin embargo, en lugar de hacer esto o si quiera responder, Hinata se giro a mirar donde estaba Kageyama y fue corriendo hasta a el, para luego saltarle encime tumbándolo al suelo, una vez en el suelo Kageyama lo miro molesto -¿que te pasa idio- decía cuando Hinata lo interrumpió de golpe -soy parte de el equipo, tu y yo ahora somos compañeros- dijo Hinata y se soltó a llorar sobre Kageyama, este lo miro muy atentamente, a pesar de que Hinata lloraba se veía feliz, no sabia porque pero ver a Hinata así calentaba su frio corazón ¿en que momento paso? Kageyama se asusto cuando se dio cuenta de lo importante que se estaba volviendo Hinata para el, una lagrima de Hinata le a caído sobre la mejilla y al no saber lo que esta sintiendo ni como reaccionar dice lo primero que se le ocurre -oi idiota, tus lagrimas caen sobre toda mi cara, es asqueroso- al escuchar esto Hinata dejo de reír, lo miro, se seco las lagrimas y aun encima de el le dijo muy molesto -mis lagrimas no son asquerosas!- Kageyama no soportaba el contacto visual -si que lo son- le dijo mientras giraba su cabeza a el otro lado -tu eres el asqueroso- le dijo Hinata. Kageyama lo ignoro y siguió mirando a otro lado -oye! mírame cuando te hablo- dijo Hinata quien tomo de los cabellos a Kageyama en un intento de querer obligarlo a hacer contacto visual. Kageyama volteo muy molesto, sus ojos radiaban  ira y ante esto ambos jóvenes sin saber como expresar sus sentimientos terminaron por agarrarse de los cabellos el uno a el otro, peleándose. El capitán muy molesto les grito -oigan ustedes dos, cállense!- Hinata y Kageyama aun tomando los cabellos de el otro se detuvieron, miraron a Daichi, el capitán realmente daba miedo, ambos chicos se levantaron de un salto y se formaron firmemente frente a este -si capitán!- dijeron simultáneamente.

𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒖𝒏 𝒂𝒎𝒊𝒈𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora