Críticas con sentido no consentido

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Las mecánicas parecen divertidas pero la historia es un asco, no tiene sentido.

Fue el sencillo comentario acompañado por una sola estrella de cinco.

— ¡Ah! ¡No de nuevo! — se quejó Armin para luego golpearse la cabeza ligeramente contra el teclado una y otra vez un poco hastiado.

No es que fuera un mal programador, varios comentarios como aquel parecían coincidir en lo mismo. Sus mecánicas eran buenas pero en cuanto a la idea para la historia... Bueno sencillamente era malo escribiendo.

No tenía problemas en juegos pequeños de entretenimiento casual pero cuando quería mostrar su talento en un proyecto un poco más extenso las cosas se salían de control y terminaba con malas calificaciones de usuarios, lo cual afectaba su currículum y de seguir así no le permitiría conseguir un buen contrato en el futuro con alguna compañía grande.

— Aunque están exagerando, no es tan malo ¿Verdad? — se cuestionó el programador de ojos azules mirando el vídeo publicitario de su nuevo videojuego.

La idea a su parecer no era tan mala. El videojuego seguía la aventura de una esponja que debía luchar contra la suciedad en los platos antes de que llegara la madre o esposa, del personaje que se hubiera elegido, a regañar al susodicho.

— ¿A quién engaño? Esto apesta— cedió finalmente mientras veía la animación de una esponja llorando en su pantalla.

El juego no estaba mal para jugarlo por 5 minutos pero no estaba ni de cerca a ser un proyecto serio que invitara a jugarlo por horas.

— ¡Vamos Armin! Algo se te tiene que ocurrir, algo interesante— intentó motivarse viendo algunos de sus antiguos proyectos subidos a aquella plataforma. Los cortos tenían muy buena aceptación pero los que pasaban de un par de minutos se iban a pique en opiniones. Sin embargo, justo antes de rendirse y cerrar la ventana un pequeño proyecto llamó su atención.

El juego llamado "Mariposas de papel" tenía una duración mayor a una hora pero a diferencia de los demás, este parecía tener buenas calificaciones.

Es un juego sencillo pero me cautivó la idea.

Lloré un poco lo admito, es un juego muy bueno, me hubiese gustado que durase más.

Al principio le costó recordar aquel juego, la fecha en que lo subió coincidía con su último año de secundaria lo que daba sentido a que no le hubiera prestado atención a la buena recepción que tuvo. Su último año de secundaria fue caótico con lo de la búsqueda de sus padres biológicos y el conflicto que tuvo con su gemelo Alexy.

Siempre quiso evitar los recuerdos de aquellos días por lo que probablemente sin querer también bloqueo el recuerdo del juego.

— Bien, veamos sobre qué trataba— concluyó abriendo aquel pequeño icono con forma de origami de mariposa.

El juego en sí no era complicado, la dinámica era sencilla y la historia también lo era. Iba de un camión de correos al que se le caía una caja de cartas, la cual encontró un niño que pasaba por allí. Luego el pequeño hizo aviones de papel con estas pero después echarlos a volar se da cuenta de que alguien puede estar esperando aquellas cartas y decide recuperarlas. Por lo que debía ir con una red capturando los dichosos aviones que volaban en diferentes escenarios.

La trama era simple, no llamaba mucho la atención. Las cartas que recogía el niño, por otro lado, eran lo que cautivaba de aquel juego.

— ¡Vaya! Esto es...— quiso describirlo pero no tenía manera de hacerlo. Las cartas contaban historias distintas, de personajes vividos. En una, una niña escribía a su madre sobre la muerte de su conejo y lo triste que se sentía por ello. En otra un hombre mayor hablaba a su esposa para decirle que aún la amaba apesar de los años. También había una especialmente tierna donde un chico escribía a una persona que le gustaba pero no se atrevía a decírselo en persona. Así habían muchas otras, unas más elaboradas y otras que solo parecían ideas pero aún así mantenían la esencia de nostalgia y sentimentalismo.

EL JUEGO (LysMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora