Había llegado el momento de vestirme, pero antes de eso llamé a Lando.
VIDEOLLAMADA TELEFÓNICA
LANDO
Pequeña Dalia, ¿cómo estás?
DALIA
Que guapo estás, que raro verte en esmoquin.
LANDO
Es porque es una ocasión especial, aunque sería muy guay que estuvieras aquí.
DALIA
Sería muy guay la verdad.
LANDO
Bueno, me voy que no queda nada.
DALIA
Adiós Landito.
LANDO
Adiós Dalia.
FIN DE LA LLAMADA
Me comencé a arreglar mientras que ponía música a todo volumen, necesitaba olvidarme de lo raro que estaba Lando.
- Dalia - dijo Olli mientras que abría un poco la puerta y yo me estaba alisando el pelo.
- Pasa Olli - dije.
- ¿Todo bien? - dijo entrando ya con los pantalones del esmoquin puesto.
- Sí, ¿por? - pregunté.
- Tienes la música a todo volumen - dijo Olli.
- Perdón, a veces me dan ganas de olvidarme de todo y hago eso - dije.
- ¿Todo bien? - preguntó Olli.
- Sí tranquilo - dije.
- ¿Te ayudo a peinarte por detrás? - preguntó Olli.
- Sí, por favor - dije y le di la plancha.
Olli cogió la plancha y se puso a peinarme el pelo mientras que comenzamos a hablar un poco de nuestra vida, de donde vivíamos y que teníamos pensado hacer en el futuro.
-Chicos, es hora de salir. Ya vienen los invitados - dijo mi padre abriendo mi habitación cuando me estaba maquillando mientras hablaba con Olli.
- Vale - dijimos los dos a la vez.
- Me voy a terminar de vestir - dijo Olli.
- Y yo - dije.
Según terminó de salir Olli de la habitación, comencé a vestirme. Mi madre me había conseguido un traje y unos zapatos preciosos.
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- Que guapa - dijo Olli cuando nos encontramos en las escaleras .
- Lo mismo digo - dije cuando vi a Olli vestido con el esmoquin.
- Que guapos por dios - dijo mi madre cuando estábamos bajando las escaleras.
- Gracias - dije y nos abrazamos. Fue un abrazo muy raro la verdad, pero fue bonito.
- A disfrutar chicos - dijo Valentino.
- Voy a saludar a mis padres, ¿te vienes? - preguntó Olli.
- Sí, vamos - dije y le cogí del brazo.
Llegamos a donde estaba la familia de Olli y comenzamos a hablar. Tras contarle Olli que trabajaba en la F1, su padre no paraba de preguntarme cosas y yo feliz por ello.
- Perdón, ahora vuelvo - dije cuando me llegó un mensaje de Lando.
Salí y miré el texto que me había mandado Lando.
MENSAJE
Feliz año muevo pequeña, aquí ya estamos en 2021 y sólo quiero desearte lo mejor para empezar este año. Gracias por todo lo que hemos pasado, hemos pasado por muy malos momentos pero hemos sido capaces de superar todo lo que nos pasa. Siento mucho mis actitudes. La verdad, no mereces como te trato a veces.
Hola Lando, no te preocupes por lo de las actitudes. Ha sido todo un placer volver a pasar este año contigo aunque ha sido bastante complicado. Espero que este año sea todo mucho mejor.
- ¿Todo bien? - preguntó mi padre acercándose a mi.
- Sí, sólo contestando un mensaje - dije.
- ¿Mañana ya te vas? - preguntó mi padre.
- No, me voy el 2. Olli y yo nos vamos juntos, así de paso lo llevo hasta la casa - dije.
- Genial, así podéis conoceros más - dijo mi padre.
- Sí, va hacer genial cuando esté en el circuito y le toque correr a él - dije.
- ¿Estás con Lando? - preguntó mi padre.
- ¿De novios? - pregunté.
- Sí - dijo mi padre.
- No, sólo somos amigos - dije.
- Oh, que pena - dijo mi padre.
- ¿Por qué? - pregunté.
- Porque se les ve muy bien juntos la verdad - dijo mi padre.
- Somos muy buenos amigos, hemos pasado por muchas cosas - dije.
- Bueno, si son buenos amigos es genial - dijo mi padre.
- Ya eso sí - dije.
- ¿Me concedes un baile? - preguntó mi padre.
- Sí - dije y me sacó a bailar a la pista.
Pusieron música de salsa. Nuestra música favorita cuando estamos juntos para poder marcarnos nuestros pasos de bailes que tanto habíamos aprendido en nuestras clases de bailes cuando mi padre terminaba en el trabajo.
- Bailas muy bien - dijo Olli cuando me acerqué a él.
- Desde pequeña voy a clases de baile con mis padres y mi hermano, lo dejé cuando me mudé a Inglaterra - dije y lo miré.
- Pues bailas muy bien la verdad - dijo Olli.
- Vamos a bailar - dije cogiendo la mano y llevándolo hasta la pista.
- No Dalia, bailo fatal - dijo Olli.
- No pasa nada, vamos a terminar el año bien - dije.
Cogí a Olli y comenzamos a bailar. La verdad es que bailaba fatal pero las risas no podían faltar. Paramos nuestro baile porque había llegado el momento de dar la bienvenida al nuevo año.
