Nos subimos a un autobús que sería el encargado de llevarnos hasta el aeropuerto. Sólo tenía ganas de llegar a nuestro destino porque son muchísimas horas de vuelo y no tener a Lando conmigo para ver pelis era más complicado de lo que yo pensaba. Era la primera carrera y ya lo estaba echando de menos. Nuestro problema es que no valoramos a los que tenemos cuando estamos justos y nos damos cuenta cuando no podemos pasar el tiempo que queremos con ellos. Habían pasado muchas cosas con Lando pero realmente era la persona que yo necesitaba para poder pasar a veces mi día a día cuando nadie me entendía.
- ¿Todo bien? - preguntó Max.
- Sí, todo bien - dije y se sentó a mi lado e el bus.
- ¿Qué tal Lando? - preguntó Max.
- Bien, con ganas de empezar - dije.
- Creo que así estamos todos - dijo Max.
- A ti no se te ve con ganas, parece que tienes la misma cara para todo lo que te pasa - dije.
- ¿Te levantaste con ganas de meterte conmigo? - preguntó Max.
- Puede ser - dije y lo miré.
- No lo parece la verdad, parece que realmente me odies hoy - dijo Max.
- La verdad es que no suelo odiar a los que me rodean - dije.
- No lo parece la verdad - dijo Max.
- Todo es con cariño, pero si es verdad que eres más de cabrearte - dije.
- Es sólo a veces - dijo Max.
- ¿Sólo? - pregunté.
- Sí, tranquila, contigo no me va a pasar - dijo Max.
- No te creo pero bueno bien - dije.
- Tía eres dura conmigo - dijo Max.
- Que poco aguantas Max - dije y reímos.
- ¿Así tratabas a Lando al principio? - preguntó Max.
- No, Lando y yo desde el principio nos caímos bien - dije, sabiendo que esas palabras le fastidiaría.
- ¿Y nosotros nos llevábamos mal? - preguntó Max.
- No, pero bueno es distinto, hemos tenido varias discusiones - dije.
- Eso si es verdad - dijo Max.
- Por eso mismo, no ha sido todo muy bien desde el principio - dije.
- Oye, pero con Lando has tenido muchísimas peleas. Te recuerdo que tuviste un accidente por su culpa - dijo Max.
- Te gusta meter el dedo en la llaga - dije.
- Un poco sí la verdad - dijo Max.
- No me queda nada contigo - dije y le di un golpe en el brazo.
- No, a mi es el que me queda mucho - dijo Max.
- ¿Tú? Si tu te cabreas por todo - dije.
- Puff Dalia - dijo Max.
- Es siempre con cariño - dije y lo abracé.
- Ya no te puedo creer - dijo Max mientras que me abrazaba.
- Cuando ya no trabajemos juntos me vas a echar mucho de menos - dije.
- No creo - dijo Max.
- Más de lo que tu piensas - dije.
- Tampoco te lo creas tanto eh - dijo Max.
- Ya veremos ya - dije.
Tras varias horas de avión llegamos a nuestro primer destino de la temporada, sólo tenía ganas de poder llegar a la habitación y darme un baño. Habíamos llegado a Bahrain, quería disfrutar de aquella ciudad y si podía ser con Lando muchísimo mejor la verdad.
- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Max cuando llegamos al hotel.
- Estoy cansada, sólo quiero darme una ducha y acostarme un rato - dije mientras que esperábamos a que nos dieran las habitaciones.
- ¿Quieres que tomemos algo? - preguntó Max.
- Te lo agradezco pero no gracias - dije.
- ¿Segura? - preguntó.
- Sí, y Max sólo podemos tener vidas profesionales, no te enamores de mi - dije de broma.
- Que boba eres a veces eh - dijo Max.
- Sé que lo piensas - dije.
- No te lo creas mucho - dijo Max.
- Bueno Max, hasta la cena - dije.
- Adiós Dalia - dijo Max.
Subí a la habitación y me fui directa a la ducha. Cuando salí tenía un mensaje de Lando.
- ¿Ya estás en tu hotel? - preguntó Lando.
- Saliendo de la ducha estoy - dije.
- ¿Tienes que hacer algo? - preguntó mientras que me vestía.
- Tengo la tarde libre - dije.
- ¿Me abres la puerta?
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Él es mi vecino ~Lando Norris ~ (Parte 2)
FanficSegunda parte de él es mi vecino. Dalia, estudiantes de ingeniera mecánica llega al mundial de Formula 1 de visita y se queda por mucho tiempo.