Él es mi vecino ~Lando Norris ~ (Parte 2)

Capítulo 214

- Viniste con ganas de decirme cosas bonitas - dije.

- Pues sí, no se que me ha pasado - dijo Lando.

- ¿Por el sobrino del novio de mis padres? - pregunté.

- Por Olli no, claro que no - dijo Lando.

- ¿Seguro? - pregunté.

- Muy seguro - dijo Lando.

- ¿Por Max? - pregunté.

- Por el puede que sí tenga dudas - dijo Lando.

- ¿Por? - pregunté.

- Es tu tipo - dijo Lando.

- Sólo es rubio, no sólo por eso me va a gustar - dije.

- Ya, en eso no había caido - dijo Lando.

- Sabes lo complicada que soy yo para que me guste alguien - dije.

- ¿Y yo te sigo gustando? - preguntó Lando.

- ¿Hace falta hacer esa pregunta? - dije y lo miré mientras que Lando le daba un bocado a su hamburguesa.

- Sí - dijo Lando.

- Claro que me sigues gustando, ni cuando estábamos peleados me dejaste de gustar. ¿Y yo? - pregunté.

- Claro que sí, nunca me has dejado de gustar - dijo Lando.

- Pero parece que no sabemos estar juntos - dije.

- Sí, sólo sabemos estar con el tonteo. Si damos más pasos parece que todo lo que tenemos se jode - dijo Lando.

- Exacto, parece eso - dije y lo miré.

- Pero bueno, podemos seguir así - dijo Lando.

- Si quieres, sí - dije.

- Contigo quiero todo que no es lo mismo - dijo Lando.

- Que romántico eres a veces - dije y lo miré mientras seguía comiendo.

- A veces me lo curro - dijo Lando.

- Ya veo ya - dije.

Terminamos de cenar, recogimos las cosas y nos sentamos en el sillón mientras que hablábamos y me contaba cosas que le habían pasado  y yo le contaba lo que había pasado en Italia, porque no paraba de preguntarme como me lo había pasado y contándole todo lo que había hecho.

- ¿Quieres dormir conmigo? - dije cuando ya se me estaban empezando a cerrar los ojos.

- Sí, me encantaría - dijo Lando.

Subimos a mi habitación, abrí la cama y me acosté, y acto seguido lo hizo Lando. Se acostó a mi lado y me puse sobre su pecho mientras que el acariciaba mi pelo y me miraba fijamente.

- ¿Qué pasa? - pregunté mientras me miraba.

- Nada, simplemente me encanta mirarte - dijo Lando y seguía acariciándome el pelo hasta que me dejé dormir.

A las 5 sonó la alarma y me fui directa a la ducha para bañarme y vestirme. No quería hacer mucho ruido para no despertar a Lando y más cuando estaba tan a gusto durmiendo en la cama.

- Adiós Lan - dije dándole un beso en la mejilla antes de marcharme.

- Adiós pequeña - dijo y se acomodó.

Me quedé mirándolo unos segundos antes de irme, me encantaba mirarlo y su carita era tan bonita.

Comencé a conducir hasta el trabajo. Segundo día, tenía ganas de saber lo que íbamos a hacer, me lo había pasado muy bien con mis compañeros porque  hacían un grandísimo trabajo y había aprendido mucho.

- Buenos días - dije cuando llegue a la oficina y estaban los seguritas.

- Buenos días  - dijo.

Me fui directa a dejar las cosas sobre mi mesa y luego me fui a hacer un chocolate para poder empezar el día.

- Dalia, llegas antes que yo - dijo Christian entrando a la cafetería.

- Sí, me gusta llegar siempre antes - dije.

- Ya veo ya. ¿Qué tal ayer? - preguntó Christian.

- Muy bien la verdad, avanzamos mucho - dije.

- Sí, me dijeron. Los chicos me dijeron que trabajas muy bien - dijo Christian.

- Me gusta lo que hago - dije y lo miré.

- Ya veo ya, y es por eso que McLaren te cogió en el momento justo - dijo Christian.

- Pues sí, menos mal - dije.

- Si no, te hubiéramos cogido nosotros. La verdad es que Lando ha mejorado bastante - dijo Christian.

- Pues esta temporada más, porque trabajamos muchísimo antes de irnos - dije.

- No lo dudaba - dijo Christian.

- Buenos días - dijo Max apareciendo.

- Buenos días - dijimos ambos.

- ¿Todo bien? - preguntó mientras que se servía chocolate.

- Sí, hablando un poco de todo - dijo Christian.

- Exacto - dije y sonreí.

- Tenemos mucho trabajo hoy chicos - dijo Christian.

- ¿Y cuándo no lo tenemos? - preguntó Max.

- También es verdad - dijo Christian.

- ¿Empezamos? - pregunté a Max.

- Sí - dijo Max.

Nos fuimos hasta las mesas y comenzamos a mirar cosas hasta que vinieran mis compañeros y comenzamos a preparar todo lo necesario antes de que Max se marchara.