De rojo y negro se pintaban las paredes de aquel sitio. Los gritos agonisantes se oían por todo el lugar y la temperatura era tan alta que sentía a mi alma chamuscarse en cuestión de segundos.
Quería llorar pero ya no tenía lágrimas. Aquel lugar era aterrador y en seguida entendí donde estaba. Caminar dolía, respirar dolía, hablar dolía. El dolor era fuerte e intenso, y por desgracia lo experimentaría toda mi existencia porque el infierno era donde estaba mi alma y la tortura sería eterna.
Un lugar de sufrimiento eterno y desgracia fue lo que me tocó por andar despistada y por dejar que el orgullo fuera más fuerte que mi fe.
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El tormento de un alma [Cristiana]
EspiritualEllos me decían que no me alejara de su amor pero yo no escuché. Ellos me decían que a su lado iba a ser engrandecida pero yo los ignoré. Ahora ya no tengo remedio, ya no hay redención para mi. Es tarde para ser salvada. Ahora soy un alma atormen...