»Ocho.

16.4K 742 62
                                    

-¡Oh, nena!

Grité apunto de correrme. Cuando lo hice me recoste en los pechos de ___________. Estaba jodidamente cansado, aunque mis ganas no se habían ido. 

Con solo verla jadeando y gimiendo, transpirando lujuria, mis ganas aumentaban. 

La miré directamente a los ojos, besé sus labios tiernamente, pasando mi lengua por cada parte de su deliciosa boca.

-Mhn...

Gimió ella. Besé su cuello y me recoste al lado de ella. La abracé de su cintura.

Nuestra respiración iba calmandose poco a poco. Besé su cabello y luego su mejilla.

-¿Por que sales con mi padre?

Pregunté derepente.

No sabía que me estaba pasando, pero en verdad necesitaba saberlo... Y no es por que me sienta mal de haberme acostado con la supuesta novia de mi padre, si no que... no lo se, muero de la curiosidad...

__________ Me observó con los labios entreabiertos. Su mirada era de confusión.

-¿Por que lo preguntas?

Toqué una marca roja que le había dejado en el cuello, y le besé justo allí.

-Solo quiero saberlo...

Respondí algo serio. 

No podía estar nada serio teniendola completamente desnuda frente a mí.

__________ acarició mi mejilla suavemente.

-No lo se... 

-¿Lo amas?

-Solo lo quiero.

-¿Entonces por que sales con él?

-¿Cuándo termine el interrogatorio?

Soltó una ligera risita.

Fruncí el ceño.

-Solo dilo.

-Ross, es complicado, yo no amo a nadie, soy muy jóven para amar a alguien, yo solo le tengo mucho cariño a tu padre, eso es todo.

Se paró de su cama y se puso un albornoz color blanco.

La alcanzé rápidamente, me puse en su enfrente.

-¿Y por que no terminas con él?

No me arrepentí de decir eso.

¡No se que mierda me esta pasando! 

No me cabe la idea en la cabeza que ella salga con mi padre... ¿Por que no sale conmigo?

-Dame una razón.

Suspiré mi miré hacia abajo.

-Él no puede darte tanto placer como yo.

Susurré tocando sus pechos suavemente.

__________ dejó escapar un gemido.

-No quiero a un hombre por placer, Ross.

Apreté los puños.

Ya no sabía que decirle.

-¿Por que quieres que termine con mi padre?

Me relamí los labios.

-Porque...- Callé, ni yo lo sabía.- ¿No crees que eres muy joven para él?

Ella puso los ojos en blanco y se sentó en la cama. Me senté a su lado.

La madrastra | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora