CAPÍTULO DOS.

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No podía creer que esto estuviera pasando, me quedé en shock al ver esa escena y no sabía que hacer, no tenia coche y Txema y Karmen no dormían allí esa noche; necesitaba un veterinario urgente así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza, marqué un numero y a los 5 segundos contestó:

-Hola Haize perdona que te moleste pero necesito que vengas ya, te mando ubicación enseguida. No conozco a nadie y los dueños de la casa rural duermen fuera hoy, me acabo de levantar escuchando a mi perra llorar, esta vomitando sin parar y necesito un veterinario rápido- dije acelerada.

-Voy para allá, pero no cuelgues, quiero que me mantengas informado de todo lo que está pasando, llego en 5 minutos- dijo Haize mientras cerraba la puerta de su casa en un portazo.

Iba hablándome para tranquilizarme, mientras yo sostenía a Chloe en mis brazos sin saber como actuar. A los 5 minutos llegó su coche y subí rapidísimo.
En el coche le conté detalladamente lo que había pasado y no paré de repetirle que no podía perderla.

Llegamos al veterinario y tardó un poco en abrir ya que supongo que en un pueblo no es común recibir visitas a las tantas de la mañana. Le conté todo lo que había pasado y enseguida cogió a Chloe en brazos y la entró en la consulta. ¿Volvería a verla una vez más? me preguntaba una y otra vez.

En la sala de espera estábamos yo y Haize, de pie intentando asimilar todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Haize me miraba sin saber que hacer, se acercó y me dio un abrazo reconfortante y sin más empecé a llorar. Él me llevó hasta una silla, se sentó a mi lado rodeando sus brazos a mi espalda y repitiéndome una y otra vez que todo iba a salir bien.
Llegó un momento en el que me sentí tan cansada que apoyé la cabeza en su hombro, reaccionó rápido y se acercó un poco más a mi para que estuviera cómoda.

A la media hora el veterinario salió avisándonos de que estaba estable y tendría que quedarse en observación toda la noche para el día siguiente realizarle más pruebas y averiguar la causa de esos vómitos.

-Haize muchas gracias por todo, ves a casa a descansar, yo me quedo aquí. Mañana te llamo contándote todas las novedades- le dije con un tono cansado.

-No puedo dejarte sola Lucía, me quedaré contigo todo el tiempo que haga falta y no aceptaré un no por respuesta- contestó.
Asentí con la cabeza, no tenia fuerzas para soltar una sola palabra más. Y así, poco a poco me dormí.

El día siguiente muy pronto me desperté deseando con ansias ver ya a Chloe; tenía mi cabeza apoyada en el hombro de Haize y él sin darse cuenta tenia su mano en mi muslo.

-Buenos días Lucía, supongo que no has dormido nada- digo medio dormido.

-Buenos días Haize, bueno, dentro de lo que cabe se duerme bien en tu hombro- respondí riéndome sin ganas; él me hecho media sonrisa que me volvió loca.

De repente entró el veterinario con Chloe en sus brazos contenta como siempre. La sensación de volverla a tener conmigo quedó en mi mente para siempre; aunque el veterinario no traía muy buena cara me alegró ver a Chloe con su esencia.

-Lucía tenemos que hablar- me dijo con un tono serio.
Entonces Haize cogió a Chloe envolviéndola con sus firmes brazos mientras yo entraba a hablar con el veterinario.

-Chloe tiene insuficiencia renal, algo que es casi imposible de curar. Siento darte estas noticias pero aprovecha el tiempo al máximo con ella ya que no sé con exactitud el tiempo que te queda a su lado.

En ese momento quería que todo fuese un sueño, quería abrir los ojos y estar en casa jugando con sus piedras. Pero no, la realidad me dio un golpe en la cara. No podía creer que estuviera viviendo uno de los últimos momentos con ella.
Empecé a pensar y pensar; ¿que seria de mi vida sin ella? ¿cuanto tiempo me quedaba a su lado?

Finalmente le contesté al veterinario entre lágrimas y me dio un informe con recomendaciones y su numero para contarle noticias todos los días.
Salí entre lagrimas y sin decir una palabra le entregué el informe a Haize. Él me miró y no pude contenerme, así que empecé a llorar a la vez que me acercaba a abrazarlo.

Subimos al coche y lo único que pude hacer era no dejar de mirar a Chloe; supongo que seria "amor de dueño" pero cuando la miraba pensaba que era la perrita mas bonita que había visto en toda mi vida. Cerré los ojos y estuve acariciándola durante todo el trayecto.
Finalmente llegamos y Haize se dispuso a hablar.

-He estado pensando una cosa, aunque supongo que te va a sonar raro; veniros a mi casa, tengo espacio de sobra y no podría permitirme que a Chloe le pasara algo por un retraso de tiempo.- me soltó inseguro.

-Gracias Haize creo que es una buena idea, déjame comentárselo a Karmen y Txema ya que ellos no saben nada. Te agradecería que no le quitaras ojo a Chloe mientras voy a hablar con ellos- dije mientras él asentía la cabeza sin pensarlo.

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