ALMAS VIAJERAS

CAPÍTULO CUATRO.

Estaba en mi cuarto con Chloe a mi lado, mi momento preferido, pero desde que apareció Haize y se abrió a mi me faltaba él. No tenía pensado encontrar a ningún chico este verano ya que mi última relación fue bastante mal, pero bueno la vida da muchas vueltas y tenemos que aceptar todos los cambios que nos proponga. Me estaba comiendo demasiado la cabeza ya que no sabía ni siquiera si tenia pareja o no, por otra parte me daba miedo sentir algo por él y que él no me considerara nada más que una chica a la que ha ayudado porque se le estaba muriendo su perro, pero a la vez me preguntaba porque ese día me dio su teléfono ya que no pensaba que fuera el típico chico que le da a todo el mundo su número.
Paré de pensar y abracé a Chloe, me dormí enseguida.

El día siguiente me despertó una melodía que conocía perfectamente; era yo cantando otra de las canciones que subí a Spotify sobre mi última relación, entonces salí de la habitación y fui hacia la suya. Cuando asomé la cabeza por su puerta bajó el volumen y empezó a hablar.

-¡Wow! no se te da nada mal ¿la has escrito tú? se nota que no es una canción cualquiera ya que le pones mucho sentimiento- me dijo pillándome por sorpresa .

-Amm sip la escribí yo, hace exactamente 2 años cuando ese cabrón me rompió el corazón. Y mi vía de escape fue la música, ya que, cuando estoy agobiada es con la única que me entiendo a la perfección. Cantar y tocar el piano me hace muy feliz y si me dieran a elegir entre ganar mucho dinero o quedarme con la música sin pensarlo me quedaría con ella; sentarse al piano y expresarte con melodías es un sentimiento inexplicable- dije con sentimiento.

-Entiendo tus sentimientos, en mi caso mi vía de escape es el surf, también me rompieron el corazón hace muchos años y desde ahí decidí estar solo hasta que apareciera esa persona con la que pudiera ser yo sin miedo a ser juzgado y bueno luego pasó lo de mi padre y dejé un poco apartado ese tema. Cambiando de tema ¿que vas a hacer tantos meses sin piano?-

Escuchar que no tenia ninguna chica con la que pudiera ser él me hizo sentir de algún modo especial, ya que conmigo se había abierto mucho estos días y entiendo que su vida había difícil y  le costara poder hablar de esos temas sin derrumbarse. Sin pensar más respondí a su pregunta:
- No me lo recuerdes por favor, no sé que haré tanto tiempo sin cantar y tocar el piano pero ya llegará el tiempo de preocup..- empezó a hablar antes de que empezara la frase.

-No lo hay Lucía porque tengo la solución-me dijo.

Me cogió de la mano y abrió una puerta que había al final del pasillo. Delante de mi apareció un estudio de grabación completamente equipado, me quedé en shock ya que una de mis opciones era estudiar producción musical y tener uno de ellos algún día pero al final mi pasión por enseñar ganó.
Me quedé completamente parada, no tenia palabras, era increíble.

- Estudié producción musical pese a las pocas salidas que tenía esa carrera y ahora trabajo en una escuela de surf pero mi pasión por esto es muy grande ¿quieres probar? -

Sin decir nada me senté al piano y empecé a cantar la canción que le compuse a Chloe ya que pensé que era una buena idea para desahogarme,  tenia un cúmulo de sentimientos que necesitaba soltar.
Y así empecé a cantar más canciones, hasta que llegó una de las canciones más especiales para mi "Mama No" de Pablo López, de verdad, quien no haya escuchado esa canción no sabe lo que se pierde. Mientras cantaba mi parte preferida de la canción me di cuenta de que empezó a grabar ya que la acústica de ahí dentro cambió completamente.

- No tengo palabras para describir lo que acabas de hacer- dijo Haize mientras yo me sonrojaba.

- Gracias, la verdad que mi sueño siempre ha sido ser cantante pero es algo difícil- dije.
Pasar el rato con él y con Chloe se había convertido en mi momento preferido, si a eso le sumabas que le encantaba la música que yo escuchaba y cantaba, él era el chico con el que querría haberme encontrado hace años, pero bueno, si había llegado ahora era por algo. Llamarme loca, pero siempre he creído en esas cosas.

Mientras en la cabeza de Haize...
Estaba ahí sentada cantando y tocando el piano, con un moño medio deshecho y ropa deportiva; era perfecta, la chica más increíble que había conocido, con ella el tiempo pasaba volando y verla feliz me hacia feliz, aún así sabía que cuando llegara ese momento, el que Chloe ya no estuviera, la tendría que volver a ver triste aunque la ayudaría en todo lo que hiciera falta. Realmente tenia una conexión con Chloe, la cual creo que yo no había tenido nunca con nadie. Su perrita siempre iba a ser el amor de su vida y aunque iba a ocupar gran parte de su corazón toda la vida no me importaba formar parte de la parte que faltaba. ¡Dios, me volvía loco!

Siguió cantando en el estudio mientras yo preparaba la comida, Chloe estaba acostada encima de un cojín del salón cuando Lucía bajó por las escaleras gritando "Chloetiiii" a la vez que iba a acostarse con ella; mientras yo las miraba, adoraba esos momentos y si a mi ya me dolía que a Chloe le pasara algo no quería imaginarme como estaba ella, Lucía era una chica fuerte ya que intentaba estar feliz por encima de todo pero yo sabía que por dentro estaba destrozada.
Pasaron 20 minutos y la comida ya estaba lista, así que preparamos la mesa y comimos para después ver una película.

- Y si vemos alguna de amor, ¡me encantan!- me dijo Lucía.
Aunque no fuera mi género preferido me daba igual que ver con tal de estar a su lado, así que le dije que me parecía buena idea y ella enseguida buscó su película favorita de amor la cual supuse que había visto muchas veces.

Llegamos al momento del primer beso de los protagonistas y yo miraba a Lucía, emocionada, porque se habían besado. Su sonrisa, era una de las cosas que más me gustaba de ella, aunque bueno, en realidad no había nada que no me gustara de ella.

Mientras tanto Lucía...
Estaba tan centrada viendo mi parte preferida de esa película que no me dio tiempo a fijarme en que Haize tenia su mirada clavada en mi, entonces yo lo miré, nos quedamos un rato mirándonos sin saber que hacer. Estábamos justo a unos centímetros el uno del otro cuando entré en pánico y empecé a decir algo:

-Emm... yo...- y sin acabar de hablar Haize puso su mano en mi cadera, acercándome a él. Lo deseaba; en unos segundos sus labios rozaron los míos con delicadeza. Me besaba apasionadamente. Tomé su cara con mis manos profundizando el beso, nuestros labios se movían en sincronía. Nuestras respiraciones se aceleraban, el mejor beso que había tenido en mi vida.

Jamás pensé que alguien podía hacerme sentir de esa forma y es ahí donde me di cuenta de que Haize era el amor de mi vida.