—Tienes que coger la caña así—puse mis manos sobre las suyas y siento como me pongo rojo, ella al parecer está interesada en aprender.
—Vale ¿y después?
—Arrojas el anzuelo así—le hice la seña con mis manos de como tenía que hacerlo.
—¿Así?—me quedaría viéndola todo el día, aprende rápido
—Si justo así—Me di media vuelta para sentarme en una de las piedras y ella me mira como un loco
—¿Que haces?
—Ven—le hago seña con la mano—ahora tienes que esperar a que piqué así que ven siéntate
No habla, solo se acerca y se sienta a mi lado, con ese traje de sacerdotisa es fácil confundirla con las del pueblo, siempre pensé que la hija del terrateniente era una chica que ama estar en el castillo al igual que su padre. Ahora que lo pienso nunca me ha hablado de su madre.
—¿Y tu madre? Hablame de ella
—¿Quieres saber cómo se conocieron ella y mi padre?
—Si—de verdad me intriga saber de cual de los dos saco su lado travieso y gentil
—Vale
—Mi madre solía ser una bandida de la zona oeste, eran tiempos de guerra así que mi padre como terrateniente organizo a sus tropas y partió rumbo al oeste, la batalla causó muchas pérdidas de ambos lados y mi madre junto con otros 7 chicos protegían una de las aldeas, la guerra llegó hasta ese lugar y muchas personas murieron, mi madre logró escapar gracias a sus amigos que sacrificaron su vida, gracias a su resistencia cruzó el bosque antes de que la noche cayera y los lobos empezarán a acechar, se topo con una pequeña tropa de soldados, desde que la vieron le apuntaron con los arcos y el jefe terrateniente.......mi padre, solo se limitó a tomarla en brazos, subirla a su caballo y traerla aquí—suspiro—y después se enamoraron, se casaron y me tuvieron a mi.
—Eh oído muchas historias románticas, ninguna es como esta.
—No es porque sean mis padres pero su historia sin duda es mi favorita, a pesar de ser romántica es diferente al resto.
—Es verdad—giro la vista a la caña y veo que se mueve—valla parece que atrapaste uno—ella sigue mi vista y ve la caña moverse y se para rápidamente para cogerla y tirar de ella.
—Valla buena pesca,¿estas segura que es tu primera vez pescando?
—Si, solo es que......—no la deje terminar de hablar, puse mi mano en su boca para evitar que siguiera hablando, oí pasos cerca, ella me echa una mirada de "Que haces"
—No hagas ruido—me acerque a ver de quien se trataba y vi a un grupo de soldados, seguro buscando a Elizabeth
—Han venido a buscarte
—¿Que?
—Hay soldados ahí detrás
—No, no pueden verme—valla, ¿no decía que con ese traje podía confundir a los soldados?
—Creo que tu traje no servirá como querías—no puedo contener la risa
—No te rías y ayúdame si me ven estaré enserrada en mi cuarto hasta los 30 años
—No exageres, solo ponte de espaldas hacia aya—le señale la orilla del lago, sin protestar fue y se puso de espaldas a mi
—Disculpe, ha visto por aquí a una joven.
—¿Una joven?
—Si es la hija del terrateniente, últimamente se escapa mucho del castillo
—No, no la e visto—el mira detrás de mi y ve a Elizabeth de espaldas pero no la reconoció
—¿Quien es ella?—señaló a la chica
—Es mi hermana, es una de las sacerdotisas de la aldea—se quedo mirándola unos segundos y después...
—Bueno si la ve llevela de vuelta al castillo
—Esta bien—se dieron media vuelta y se fueron, solté el aire que contuve para mantener mis nervios a ralla y me acerque a Elizabeth que estaba con la cabeza baja
—Será mejor que te vallas antes de que tu padre envíe todo el ejército a buscarte—Se ríe
—Si será mejor que me valla—iba a caminar pero se detuvo—No sabía que tenía un hermano—me sonríe, estaba a punto de hablar pero no me dejó
—Bueno nos vemos
—Te veo mañana
Y una vez más me quede mirando como un tonto hasta que desapareció de mi vista, me quedé pescando unos minutos más y cuando el cielo empezó a tornarse naranja decidí irme, no quiero toparme con los lobos salvajes.
—Ya llegue abuelo—entre y puse el cubo de peces en el suelo para quitarme los zapatos
—¿Que hacías con la hija del terrateniente?—¿Acaso nos vio?
—¿Tu.....
—Si los vi, Eric tienes que dejar de acercarte a ella, nosotros solo somos los empleados
—Abuelo ella es diferente
—No confundas trabajo con amistad, a sus ojos solo eres un empleado que puede usar como diversión
—Eso es menti...
—¡Ya basta!—es la primera vez que el abuelo me grita de esa forma—Tu madre no te enseño a andar seduciendo a la hija del amo, aléjate de ella—se dio media vuelta dejándome solo con la palabra en la boca.
Elizabeth no es igual que las demás hijas de terratenientes, ella es dulce y le gusta ayudar a la gente, no es una ingerida que solo le gusta el dinero y las comodidades, el abuelo está muy equivocado si cree que me voy a alejar de ella, es mi amiga desde que estoy aquí en Tokio y el no va a acabar con esa amistad. Me quede afuera haciendo guardia para que mi abuelo descansara, me quedé ahí sentado pensando y mirando el cielo, ¿Que estará haciendo ahora Elizabeth?¿Estará dormida?. Me paso horas y horas pensando en ella, hasta que veo el sol salir, se me ha ido el tiempo volando. Me apresuró para despertar a mi abuelo pero cuando entre ya el estaba poniéndose el uniforme de trabajo, es increíble que a pesar de la edad tiene las mismas mañas que tenia cuando estaba en la guerra.
—Bueno hijo ya puedes dormir—con mi abuelo intercambiamos los horarios de turno, por las noches yo hago guardia para que el duerma y por el día cuando el se va a trabajar yo duermo unas horas y voy al trabajo.
—Gracias abuelo, cuidate en el bosque, es de día pero no quiere decir que los lobos no acechen
—Vale hijo tendré cuidado—salió de la choza y yo me metí en la cama, no teníamos una casa muy buena pero tampoco vivíamos en malas condiciones, cerré los ojos y me quede profundamente dormido
