✨La Ninfa del Poder✨ [Claude de Alger Obelia ]

✨ Capítulo 6✨ +18

Desde que empezó el festival de la mujer Azul ha estado muy ocupada. No solo tenía que crear nuevos diseños para la ropa que tenía que utilizar en el primer mes si no que también había estado trabajando en la ropa que utilizaría en el siguiente. No le había dicho a Claude sobre su proyecto ya que quería que fuera una sorpresa. Azul le iba a ser honor a su título y esa iba a ser un disfraz de una Ninfa de la Luna. Llevaba semanas buscando el diseño perfecto hasta que por fin lo encontró y empezó a hacerlo con anticipación ya que el disfraz tenía muchos detalles, decoraciones y demás.

También se encerraba en la oficina que tenía en el Palacio Lunar para ayudar a Claude con los problemas de Obelia, total ella se convertiría en la emperatriz tanto o temprano.

Cuando terminó ya era de noche y estaba demasiado cansada. Tanto que al llegar a su habitación empezó a quitarse el bonito conjunto que llevaba.

Se quitó las botas y el suéter tirandolos a no sé dónde. Se había quedado solo con la falda que le llegaba hasta la mitad del muslo y su brasier blanco de encaje, estaba a punto de quitarse la falda cuando sintió una precensia sobresaltandola.

- Nena sabía que eras una traviesa pero desnudarte delante de mí sí que no me lo esperaba - la voz de Claude se hizo presente en aquella lujosa habitación

- ¿Qué haces aquí Claude? - Azul se sonrojó mientras que inútilmente intentaba cubrir sus pechos con sus finos brazos pero estos eran muy grandes y sus brazos casi no lo tapaban.

- Yo solo vine a dormir con mi futura esposa como siempre pero me encontré con que ella se estaba desnudando justo delante de mis ojos - los ojos de Claude brillaban con lujuria y deseo mientras la recorría con la mirada haciéndola temblar.

- ¿No pudiste haber tocado la puerta? - protestó Azul mientras disimuladamente con la mirada buscaba su suéter para volver a poneserlo.

- No tengo razón para hacerlo - la voz de Claude se volvió más gruesa y ronca mientras se acercaba a ella. Azul tragó en seco ante eso - Yo puedo entrar a la habitación de mi mujer cuando yo quiera y cariño deja de cubrirte - Claude quitó los brazos de Azul que intentaban esconder sus pechos lejos de su pervertida mirada.