Día 29: Champagne.

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Ezio x Altaïr

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Ezio x Altaïr.

Sinopsis:

La bebida espumosa en sí ya era bastante deliciosa, pero probarla de aquellos labios resultaba sin duda un mejor manjar.

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El ambiente seguía igual de animado a sus espaldas; la música hacía vibrar los cristales y las voces al unísono de las personas no ayudaban a mejorar el ambiente para él. Altaïr salió al balcón de aquel salón en uno de los últimos pisos para respirar un poco del aire fresco nocturno y se entretenía haciendo girar la burbujeante bebida acaramelada en su copa larga. De nuevo, ¿por qué estaba ahí? «Ah, claro, el molesto jefe insistiendo con eso», pensó amargamente.

El aniversario de la empresa para la cual trabajaba era ese día, aunque era muy posible que la celebración se extendiera más de la cuenta. Suspiró con pesadez dejando que el viento se llevara su estrés. Solo tenía que esperar a que sus compañeros bebieran un par de copas más antes de tener la oportunidad idónea y ser capaz de marcharse de regreso a su habitación. La corriente golpeó de nuevo su rostro con ligereza y una sensación de mareo le siguió, tal vez el más cercano a estar ebrio era él.

Dio un vistazo al interior del salón y escuchó de paso como había alboroto en la piscina, quizás en medio de sus tontos juegos alguien cayó al agua, sino es que fue más de uno; oh bien, mientras no se ahogara nadie no es como que le incumbiera lo que quisieran hacer. De entrada, no conocía a nadie, salvo a las personas que trabajaban en la misma área que la suya, fuera de ellos, todos ahí le eran perfectos desconocidos que apenas ubicaba gracias a que se los encontraba en los elevadores o estacionamiento, algunos pocos los reconocía del comedor o la zona de fumadores, pero solo eso, los conocía de cara, no sabía sus nombres ni mucho menos y tampoco era llamado con tanta frecuencia a juntas, por lo tanto, cada una de esas personas eran extraños.

Se giró de nuevo, asomándose al vacío que se extendía debajo de aquel enorme hotel de quien sabe cuántos pisos. Su habitación estaba en la última planta, se rehusó por completo a estar entre el resto de sus compañeros. Hastiado aflojó la corbata de color vino tinto. Buscó a su molesto jefe en los alrededores, por suerte no lo vio pero aún era temprano para arriesgarse, esperaría un poco más. Sacando del bolsillo de su saco una cajetilla de cigarros, procedió a encender uno en lo que aguardaba la hora de su huida. Observó de nuevo la copa casi llena de bebida espumosa, ¿cuántas llevaba? No es que tuviera nada mejor que hacer en ese tipo de fiestas, siempre le aburrían y su modo de escapar era ese, debía mejorar ese hábito suyo. La nube de humo gris subió a las alturas y se desvaneció ante sus ojos dorados.

—¿Huyendo del ajetreo?

Exaltado por la repentina segunda presencia, se volvió en dirección a la voz. Un par de perlas platinadas atraparon su atención al instante.

Assassin's Creed: One-shots (Boy's love).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora