Día 21: Fight and apologize.

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Ezio x Altaïr

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Ezio x Altaïr.

Sinopsis:

No era anormal que fuese Altaïr el primero en alzar la voz en una discusión con Ezio, sin embargo, ¿qué podría ser tan grave como para provocar un cambio en los papeles?

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Ellos dos estaban discutiendo. Cierto que no se trataba un suceso tan raro, es decir, siempre que Ezio cometía algún error en los entrenamientos, Altaïr le llamaba la atención, alegando que no podía ser tan descuidado o que tenía que practicar más si quería salir vivo de las misiones. Llevaban así desde que se habían conocido, sin embargo, esas peleas jamás afectaron su relación o pasaban a otra cosa, después de todo solo eran parte de la demostración de lo mucho que el sirio se preocupaba por el joven aprendiz. Así que sí, no resultaba tan anormal escucharlos pelear, no obstante, aquella discusión tenía algo raro, para empezar: no estaban en el área de entrenamiento, sino dentro de la casa; para rematar, no era Altaïr quien estaba alzando la voz, sino Ezio.

—¡Te dije que aguardaras por mí! ¡¿Por qué te adelantaste de esa forma?!

—No es como si fuera la primera vez que salgo lastimado, estás exagerando las cosas —respondió el sirio con indiferencia.

—¿Qué no eres tú el que siempre me dice que sea precavido?

—Auditore, en serio, fue un mero rasguño, no es nada grave.

—No se trata de eso —alegó frustrado.

—¿Entonces qué es lo que te tiene tan alterado?

—Es...

Cortando sus palabras, unos ligeros golpes se escucharon a la puerta de la habitación en la cual estaban. Mario entró despacio tras un leve carraspeo que tenía la intención de advertirles sobre su entrada.

—Lo siento, pero el doctor está aquí.

La puerta se abrió más, dejando entrar a un hombre vestido de negro de pies a cabeza. Ezio no dijo nada ni siquiera volteó a ver al mayor, únicamente se puso de pie luego de un resoplido molesto y caminó hasta la puerta, dejando a Altaïr a solas con el médico. Mario se hizo a un lado dejando el camino libre para su sobrino, el cual se marchó entre largas y rápidas zancadas. Desconcertado le dirigió una mirada inquisitiva al sirio, mas este no apartó sus propios ojos del suelo, solo se limitaba a obedecer las indicaciones del doctor.

—Comprendo tus motivos y te lo agradezco, pero de seguir así podrías conseguir lo contrario a lo que pretendes —dijo el hombre mayor al cabo de un rato en silencio.

—Yo... lo tendré en cuenta.

Siempre era lo mismo. Desde que sus misiones comenzaron a tener puntos en común acordaron que sería más fácil si se encargaban entre los dos y habían estado bien durante varias semanas, sin embargo, en algún punto Altaïr comenzó a dejarlo de lado, ya sea a la hora de obtener información o incluso encargarse de las infiltraciones u otras cuestiones relacionadas. Ezio no quería en verdad pensar en ello, pero de algún modo sentía que con esas acciones le decía: «Apártate, estorbo». Negó frenético, alejando dicho pensamiento junto al malestar que le causaba. Vale que fuera un aprendiz, comprendía muy bien que el rango entre ambos era abismal y por ende también la destreza así como la experiencia, no obstante, él daba lo mejor de sí para jamás ser una carga ni retrasar las misiones y aun así...

Assassin's Creed: One-shots (Boy's love).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora