"Chicas vs Chicos" Hiccelsa

Parte 1/Esto empieza asi.../

Narra Elsa.
Era un dia normal, las chicas me habían pasado a buscar para ir a la escuela, nosotras somos "Las Nerds" de la escuela. Si... lo sé, nuestra relación es bastante complicada con algunos. En especial con el grupo de Hiccup Haddock, los idiotas, rebeldes, motociclistas e inrespetuosos. Hiro Hamada, Flynn Rider, Jack Frost. Los "Chicos malos". Son un par de molestos aunque nosotras no existimos en sus vidas ni como ellos no existen en las nuestras.
- ¿En que pienzas? - Me dijo Mer haciendo que volviera de mis pensamientos.
- En nada... -
Narra Hiccup
Estabamos llendo con los chicos en moto hasta la escuela. No podía dejar de pensar, ya que tuve una discución obvia con mi madre. Tengo que levantar mis notas o voy a esta en problemas. Me dijieron que pida ayuda, algo estúpido pero necesario, ¿A quien?
(...)
En el primer recreo me decidí.
- Ahora vuelvo, voy a hablar con alguien.- Le dije a los chicos y me fuí rápidamente antes de que me preguntaran con quien.
Narra Elsa.
Estaba en el recreo ayudando a Tadashi, un chico adorable, me agradaba mucho. Muchos, como mis amigas dicen que él y yo somos la pareja perfecta. Aunque jamás me tomé encerio eso, ya que no creo que una pareja necesite ser "Perfecta" para ser especial. Ni tampoco ser "Imperfecta" para ser despreciada. También dicen que solo me usa para que este mas tiempo con él. Simplemente ignoro todo lo que dicen y lo ayudo tal como me lo pide.
- Ahora vuelvo. - Le dije para irme a buscar un lapiz al aula.
Entré al aula, y noté que alguien entró por detrás, vi por de reojo que era el chico Haddock, intenté de buscar rápidamente el lapiz e irme. Pero al caminar el me impedía el paso.
- ¿Quieres moverte? - Le dije algo molesta.
- ¡Hola! Me alegra verte. - Me dijo con una sonrisa sartástica.
Esto era raro. Que Hiccup Haddock me hablara no era normal.
- ¿Que quieres? - Le dije seria.
- En fin... - Dijo mirando al suelo levantando las dos cejas. - Te vengo a pedir un favor. - 
¿Un favor? ¿De que? 
- ¿Eh? - Le alsé una ceja.
- Necesito que me ayudes estudiar preciosa.- Dijo girando el rostro hacia la derecha con una cara de aburrido haciendome sorpender. ¿Estudiar? ¿Desde cuando le importa? 
- ¿Que? - Dije tragando saliba alsando mis cejas.
- No te sorprendas, mis padres me obligan. -
¿Que le importe estudiar? Seguía pensando mi mente perdida, me quedé mirando su rostro, con esos ojos verdes perfectos. Ese cabello todo despeinado como cualquier "Chico malo", pero perfecto. Sus dientes perfecto todo perfecto. 
-¿Hola? - Me dijo con su voz también perfeca haciendo que abriera mis ojos y volviera de mi mundo de fantacía. Ya que sabía que él era un idiota como los demás.
-¡¿Que te ayude a estudiar?! - Le dije.
Me negaba a al menos dirijirle la palabra, sabía que me esperaban problemas con él y no los quería, es mas... si la chicas saben que estoy con él ahora me van a llenar de preguntas.
- Si. - Me dijo algo molesto. - Solo dime si me vas a ayudar o no, de otro modo le pido ayuda a otra de tus amigitas. - Me dijo.
 ¡No! Él no se metería con mis amigas ni las molestaría. 
- Tú no te metas con mis amigas. - Le dije frunciendo el ceño.
- Bien, ¿Entonces tú me ayudas? - Alsó las cejas.
- ¡No! - Le dije y me cruzé de brazos.
Alsó una ceja y yo suspiré.
- Bien, sí te voy a ayudar. - Dije y depués pensé en lo que dije.- ¡Pero con condiciones! ¿Oiste? - Intenté estar lo mas firme posible
Alsó ambas cejas.
- En primer lugar no molesten a mis amigas. - Cruzé nuevamente mis brazos.
- Bien, no voy a molestar a tus amigas.- 
- NI tú ni tus amigos. - Puntualizé.
- ¿Que? - Se quejó - ¿Sabes lo que van a pensar mis amigos si les digo que no las molesten? - 
- ¿Sabes lo que van a pensar mis amigas si saben que estoy hablando con un rebelde como tú ahora? - Le dije. Él se quedó callado, y frunció el ceño.
- Eso me dolió. - Dijo y una risa malvada se creó en mi mente aunque no la demostré.
- En segundo lugar, no coquetees conmigo, no me llames "Preciosa", "Linda" ni nada, - Tragué saliba. - Y no te enamores de mí. - Me cruzé de brazos frunciendo el ceño.
Él lanzó una carcajada.
- Como digas aunque no creo que sea tan dificil. - Dijo y lo fulminé con la mirada.
- ¡Y en tercer lugar no quiero que nadie sepa que te estoy ayudando! - Puntualizé.
- Y yo no quiero que nadie sepa que me estás ayudando. - Dijo.
- Bien. - Fuí y busqué un papel anotando mi dirección.
- ¿Hoy? - Le dije seria.
- Hoy. - Me respondió. - ¿Por la tarde? - 
- Por la tarde. - Respondí seriamente.