3. Clan Xieng

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Como de costumbre, Lan Wangji fue el primero en despertar. Después de alistarse y preparar a su aún esposo durmiente, caminó con discreción al área de cocina, a fin de preparar sopa de tofu para desayunar.

A los pocos minutos Lan Sizhui llegó dándole con una reverencia el saludo matinal. – Buenos días padre.

– Buenos días, Sizhui.

Había una olla hirviendo de caldo de pollo, donde Lan Wangji había vertido vinagre de arroz y salsa de soya, agregando un poco de harina de arroz para dar consistencia. De los hongos shiitake que se habían reservado para hidratar, Lan Sizhui los fue cortando en tiras, para incorporarlos al caldo hirviendo, así también el tofu en cuadros que ya tenía preparados el Segundo Jade.

El aroma empezó a expandirse afuera de la cocina.

Después de picar cebollín, Lan Yuan lo colocó en un cuenco mediano, al centro de la mesa de la cocina.

Wei Wuxian no tardó en llegar. Con voz somnolienta saludó a su familia.
– Buenos días Sizhui.

Pasándose de largo después de la reverencia de su hijo, Wei Wuxian llegó directo hacia Lan Wangji, que estaba terminando de cortar pan en rebanadas. Le sorprendió abrazándolo por la cintura, y giró la cara hacia el segundo jade, elevando sus labios, para pedir un amoroso beso.

Lan Wangji respondió a la solicitud de su cónyuge. – Buenos días, Wei Ying. ¿Dormiste bien?

Wei Wuxian se aferró al abrazo, caminando a la par de su esposo, que había apagado el fuego de una vaporosa tetera.

– Cuando estás conmigo duermo profundamente. Pero cuando te levantas, no puedo evitar abrir los ojos. Esto es injusto, Lan Zhan, en el Jingshi eso no me pasaba.

Lan Wangji sonrió. Le extendió una charola de pan. – Por favor ve a colocar esto en la mesa.

Lo que sea que me pidas yo lo haré de inmediato. Incluso si quieres sentirte bien antes de irte, puedo ayudarte con eso. – Añadió Wei Wuxian con voz sugerente.

Lan Wangji le respondió con una palmada en el trasero, haciendo  sobresaltar levemente a Wei Wuxian, que luego declaró con indignación fingida.

– Está bien, ya entendí. Si eso es lo que te hace sentir bien, nada puedo hacer.

Inevitablemente, Lan Yuan observó la dinámica entre sus padres, mientras bebía su cuenco de té, desde su ubicación, sentado en el comedor.

Aunque estaba acostumbrado a aquellas escandalosas muestras de afecto, no pudo controlar su ruborización. Sin darse cuenta, su imaginación voló hacia Jin Ling. Si ahora mismo lo tocaba como Lan Wangji con descaro acariciaba a Wei Wuxian, existía una alta probabilidad de ganarse una bofetada. Quizá era cuestión de tiempo y confianza, pero por su propio bien sería mejor no atreverse a hacerlo por el momento.

Al ser llamado por Wei Wuxian, la cara completa de Lan Sizhui se intensificó de un tono rojizo hasta las orejas.

– A-Yuan, ¿Estás bien? ¿por qué te has sonrojado tanto?

Wei Wuxian había colocado una charola de pan rebanado al centro de la mesa. Recargando su codo derecho sobre aquella superficie de madera sólida, apoyó su rostro en la palma de su mano para observar el semblante de su hijo, que desesperadamente trataba de pasar desapercibido. El nerviosismo momentáneo de Lan Yuan, provocó que derramara un poco de su cuenco de té. Después de una fuerte exhalación, Lan Yuan contestó con fingida molestia, bajando la mirada.

– ¿Cómo no voy a ponerme así, cuando siempre se muestran de esa manera frente a todos?

Aún con las mejillas rojas, Sizhui   pidió disculpas mentalmente a sus padres por esta reacción defensiva. De toda la gente, era quien más toleraba sus muestras públicas de afecto, pero en aquel momento, Sizhui no encontró otro pretexto para defenderse, el cual al parecer funcionó con éxito.

Sol de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora