12. Rescate

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La comodidad en la que Jin Ling y Lan Sizhui se habían instalado, tuvo que ser abandonada de forma súbita. Los ruidos de la habitación contigua les ordenó lo que debían hacer.

Sacar a Xieng Yingjiu de su cautiverio.

Eran las tres de la mañana. En dos días sería el juicio contra Wei Qingze, y ya contaban con dos testimonios: Zheng Yangxen y Lao Qin. El  elemento faltante del juicio estaba justo al lado de ellos, y la vida del Líder Xieng podía estar en riesgo.

Abandonando el calor inolvidable de la habitación, Lan Sizhui y Jin Ling  tuvieron que volver a vestirse y arreglarse. Jin Rulan sacó de su bolsa Qiankun ropa para cambiarse. Con rapidez y frente a Sizhui, dejó las ropas con las que había llegado, por el uniforme de su Secta, aquel que usaba antes de su ascensión.

Lan Sizhui tuvo que resistirse a ayudar a su girasol a peinarse una larga coleta de cabellos castaños o colocarle el gong o la marca bermellón en la frente, para concentrarse en hacer lo propio. Se vistió su túnica de la Secta de la Nube, colocando su tocado hanfu en la parte superior de su coleta alta y portando de nuevo, la cinta blanca de autorregulación.

Pese a los reclamos de Jin Ling para dirigir el rescate, Lan Sizhui se aferró a determinar el curso de acción. Discretamente, volvieron a pegar el oído contra la pared de la habitación contigua mientras Sizhui sacaba un talismán.

Entonces Lan Yuan giró su vista hacia Jin Ling, con seriedad. – A-Ling, haremos esto, entraré a ver y yo rescataré al viejo Xieng. Tú irás a pedir ayuda, con el recepcionista y te vas de inmediato al palacio.

Jin Ling escuchó de mala gana las indicaciones. Por su parte, creyó que el estaría a cargo de la situación. Alzando la voz, resaltó dos cuestiones que consideró omitidas. – ¿Cómo demonios piensas entrar? ¡Desde luego debo regresar a ayudarte!

Lan Sizhui no iba a cambiar de parecer. – Debes ir directo al palacio, no puedes permanecer aquí, A-Ling.

Tú serás capaz de dirigir a tu manada en Gusu, pero yo soy Líder de Secta. – Respondió Jin Ling, con la inconformidad atorada en su garganta. –  Por eso, también puedo sacar adelante este rescate.

No disponían de mucho tiempo. Armándose de paciencia, Lan Yuan tomó suavemente los hombros de su Girasol y lo miró a los ojos con seriedad.  –   A-Ling, eres un Líder de Secta, por eso debes resguardar tu integridad. ¿Qué podrías responder, si tus ministros saben que te has arriesgado a  algo como esto?

Jin Ling estaba aferrado. – Soy su Líder, ¡deben acatar mis decisiones! ¡Deberías entenderlo!

Con decisión, Lan Sizhui atrajo por la espalda a Jin Ling hacia sí, para ahogar sus palabras, en la suavidad de un beso largo. Al terminar, Sizhui miró la profundidad de los ojos color avellana. – Le ruego, Líder de Secta, que por favor haga caso de las indicaciones de éste humilde servidor. 

Los ánimos del Líder Jin se calmaron en aquél instante. Adorablemente sonrojado, Jin Ling dió su último reclamo, haciendo un tierno mohin de sus labios – ¡Por ésta vez, tu ganas!

Sizhui sonrió, despejando el flequillo de cabello castaño, para besar la frente de su Girasol. –  Ten cuidado.

Sin volver a ver a Sizhui, Jin Rulan terminó de guardar sus cosas y salió del lugar.

Sólo en la habitación, Sizhui colocó sobre la mesita de té, un talismán humanoide color amarillo. Tras éste, sobre un cálido tapete, se sentó en modo de meditación, y cerró sus ojos.

☁️

Cierta vez, cuando aún vivían en Gusu Lan, Lan Sizhui, Lan Jingyi y tres discípulos más, estaban en una cacería nocturna clandestina, con Wei Wuxian y Wen Ning, investigando una nueva concentración de cadáveres vivientes en el bosque de las cercanías. Mientras colocaban una trampa espiritual en los alrededores, Lan Jingyi preguntó.

Sol de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora