Undertaker x OC Falling in love (COMPLETO)

13 Traición

Los aplausos y ovaciones llenaron el recinto nada más acabar el espectáculo. Rose me ayudó a levantarme del suelo y ambas nos posicionamos para saludar al público haciendo varias reverencias. Tras varios minutos el suelo comenzó a llenarse de flores que los clientes tiraban a modo de ofrenda por nuestro trabajo.

A pesar de que el público pedía más de nosotras para esa noche, debíamos dejar el escenario para las siguientes compañeras y nos fuimos de allí. Para Rose su trabajo hoy había terminado, sin embargo, yo debía bajar entre los clientes y servirles bebida, por lo que me cambié de ropa y maquillaje en mi camerino, cuando de repente alguien llamó a mi puerta.

-Kitty.

Era lady Claude.

-Has estado espectacular como siempre. Veo que no has perdido tu talento durante el tiempo que desapareciste_ dijo mostrando las flores que habían tirado algunos clientes.

Giré la cabeza de nuevo hacia el tocador y me recoloqué el peinado de nuevo.

-Puedes quedártelas, no las quiero.

Lady Claude soltó una risa pícara, miré de reojo al espejo que tenía delante de mí y vi como se iba lentamente hacia la puerta cuando dijo:

-Es una pena que trates así a un admirador tan ferviente.

Me giré frunciendo el ceño, estaba empezando a enfadarme con ella y no quería aguarme más la noche.

-Supongo que esta flor sí que la quieres.

Sacó del ramo una rosa azul con un pequeño trozo de papel atado al tallo donde ponía "Kitty".

-¡...!

Me levanté tan rápido que casi tiré el maquillaje de la mesa.

-¿Quién ha sido? ¿Le has visto? ¿Está todavía aquí?

La jefa bajó el ramo y se tensó.

-¿Hay algo que deba saber?

Traté de recomponerme y serenarme. Era cierto que Undertaker me había mandado comprar una rosa azul que no llegó a usar en ningún momento durante mi estancia con él. Quizá solo fuese una coincidencia. A lo mejor, todo estaba dentro de mi cabeza.

-No. Nada_ respondí tajantemente antes de irme.

Salí hacia la sala dejando atrás a lady Claude que no se había creído mis palabras y miró con recelo la rosa que había sido dedicada a su mejor cabaretera.

La noche continuó con más espectáculos, risas, bebidas y algún que otro hombre algo ebrio que intentaba pasarse de la raya con alguna de las chicas que estábamos animando al público.

-¡Kitty!

Un hombre sentado con sus amigos me llamó desde un extremo de la sala. Acudí hasta ellos y sonreí sirviéndoles más champán en cada una de sus copas vacías. Uno de ellos aprovechó que estaba ocupada y me dio una palmada en mi trasero que hizo que me saliera de la copa manchando a otro hombre. Cuando me giré para recriminarle, el hombre que había mojado se levantó y comenzó a gritarme.

-¡¿Qué has hecho?! ¡Este traje vale más que tú!

Intenté explicarme señalando al hombre que me había hecho perder el equilibrio.

-¡Yo no...!

Y de pronto los demás incluido el acosador, empezaron a insultarme y exigir que los servicios de esa noche no les fuesen cobrados. Llamaron a lady Claude, y ella nos sacó de la sala para no montar más espectáculo del necesario.