Undertaker había vivido durante cientos de años desapegado de su aburrido y monótono empleo como Shinigami. Trabajaba en la actualidad como enterrador de Londres, sector en el que se encontraba más a gusto rodeado de cadáveres a los que "devolver" la vida con sus servicios y, donde más importante, había conocido a una mujer que trastocaría toda su existencia desde el momento en que sus destinos se cruzaron.
Una mujer que no solo le dio un soplo de aire fresco a su vida a través de carcajadas, si no que cambió su corazón y su mentalidad en lo relativo al amor.
Ahora sus días estaban llenos de sonrisas y caricias correspondidas por un rostro lleno de jovialidad y unas manos cálidas que no temían tocar su piel marcada por cicatrices.
Ella le había aceptado por completo y él, por su parte no podía pedir nada más.
O tal vez sí.
Lo único que quería Undertaker era no dejarla marchar nunca de su lado. Se había asegurado de destruir todo tipo de pruebas que la incriminaran en el mundo de los mortales, también había robado los documentos de los Shinigamis en los que se encontraban su acta de defunción y posterior recogida de su alma. Se había asegurado así que en un futuro sus excompañeros lo tuvieran algo más difícil en caso de que quisiesen volver a por ella.
Y aunque trataba de dejar a un lado ese pensamiento, la posibilidad de que regresasen a por ella no era lo único que lograba oscurecer los días con su amor. Como mortal que ella era sabía que llegaría un día en el que la enfermedad, un accidente o simplemente su "hora" llegase de nuevo a por ella.
....
Pasaron los años y trató de olvidar lo que podía pasar para centrarse en su presente y disfrutar con el mayor regalo que había podido tener en su vida.
Hasta que el día que más había temido llegó.
Al entrar por la puerta del Parlor lo primero que vio fue el cuerpo de la mujer pálido, todavía con vida. Trató de no mostrar su temor ante su querida gatita, pero sabía que poco podía hacer por ella. Como Shinigami que había sido sabía que su vida estaba dejando su cuerpo poco a poco y nada podía hacer por salvarle.
Apoyó su frente sobre la de ella, que estaba fría como un témpano. El hombre no pudo retener las lágrimas mientras negaba con la cabeza. La mujer posó su gélida mano sobre el rostro lleno de cicatrices de Undertaker. Las lágrimas del sepulturero caían incesantemente sobre el rostro de ella.
-Hazel.
Ella negó.
-"Gatita"_ rió con los ojos cada vez más apagados_ soy tu gatita, ¿recuerdas?
Undertaker sonrió amargamente y se llevó las manos de ella a sus labios donde las beso.
-Mi gatita_ repitió él.
Con su último suspiro dijo:
-Te quiero.
La vida de Hazel llegó a su fin y abandonó su cuerpo yacente en los brazos de Undertaker quien la abrazó durante horas sin dejar de llamarla en vano.
--
A los días Undertaker preparó su cadáver con la intención de mantenerlo lo más vívido posible. Pero era completamente reacio a darle sepultura. No quería desprenderse de lo poco que le quedaba de ella. Simplemente no podía.
Con el paso del tiempo y sus conocimientos comenzó a experimentar para encontrar la manera de devolverla a la vida de nuevo, insuflarse un aire que la hiciese despertar y sonreír una vez más.
Y aunque finalmente consiguió traerla de nuevo consigo cambiando su "cinematic record", no era su gatita, tan solo era el caparazón vacío de Hazel recobrado.
La gente que entraba en el Parlor, contaba testimonios de que el sepulturero estaba más distraído de la realidad que antes y decían haberle visto con una mujer con la mirada perdida con la que bailaba y cantaba mientras la llamaba "gatita".
(Y así Undertaker se sumerje en el proyecto de las muñecas bizarras, para encontrar la manera de devovler la vida a su querida gatita)
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Undertaker x OC Falling in love (COMPLETO)
FanfictionEn la vida monótona de Undertaker aparecerá una mujer que le hará cambiar su día a día y su corazón. El roce del día a día hace surgir sentimientos por parte de la mujer hacia Undertaker, pero al parecer no es correspondida como ella querría. ¿O qui...