ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟟: 𝐹𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝓂𝒶𝓈 𝐻𝒶𝓂𝒷𝓇𝒾𝑒𝓃𝓉𝑜𝓈

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𝔸𝔻𝕍𝔼ℝ𝕋𝔼ℕℂ𝕀𝔸𝕊

Violencia explicita/Gore
Canibalismo

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Mo Xuan Yu sentía que se estaba muriendo por dentro, abordado por una profunda culpa y desesperación desde el mismísimo momento que el hijo de su compañero de trabajo les comunico que Lan Ying estaba desaparecido. Sintió que todo era culpa suya, que era incapaz de cuidarse de sí mismo y de un tercero al mismo tiempo.


La Señora Liu, como la buena y amable dama que era, le pidió que se retirara a sus aposentos a descansar. Y no era para menos, verlo llorar inconsolablemente mientras limpiaba los tazones era algo que rompió su corazón.

Así que ahí estaba él, sentado en el suelo con la espalda recostada contra su cama, llorando con la cara enterrada en sus piernas mientras se abrazaba las rodillas. Completamente solo, con apenas la luz de una lampara de aceite iluminando la oscura habitación (que cada vez se sentía más y más grande y opresiva sobre sus hombros, mientras que él se sentía cada vez más diminuto en la oscuridad)

Por momentos, sentía que podía escuchar la voz de su tía burlándose de él, repitiendo las mismas palabras que le dijo el día que proclamo que iba a irse de la Villa Mo.

¿Quieres llevarte al niño también? ¿Tú? ¿Cómo lo mantendrás? ¿Vendiendo tu cuerpo? Nadie dará un centavo por ti, pagarían más por el niño que por un escuálido y afeminado manga cortada como tú.-

En ese momento le había reprochado a su tía que él podía hacerlo, y por mucho tiempo lo creyó así, hasta hoy. Todo lo que cruzaba por su mente junto a esas palabras era que al fin y al cabo su tía había tenido razón, era incapaz de cuidarlo solo.

Se hundió en sus pensamientos, sin notar los suaves golpes en la puerta y la voz preocupada de la Señora Liu del otro lado. –¿Xuan Yu?- La mujer hizo una pausa, esperando una respuesta que evidentemente no iba obtener del otro lado de la puerta. Busco las llaves en su bolsillo y abrió la puerta, sintiendo mucha pena y simpatía por el joven. –A'Yu, ya puedes dejar de llorar. Hanguang-jun y Zewu-jun han regresado.

Mo Xuan Yu se levantó de golpe y se acercó hasta Señora Liu mientras se secaba las lágrimas, tratando de no lucir tan deplorable como se sentía.  –¿Han encontrado a A'Ying? -  Su voz sonaba frágil, e internamente la dueña de la posada no pudo evitar tomar nota de prepararle un té para que se relajara. –¿Dónde están ahora?

–Están en la cocina, les ofrecí que tomaran algo caliente antes de volver a salir a cazar. - Respondió como si fuera lo más natural del mundo, lo cual comenzaba a volverse una realidad debido a la frecuencia con la cual los discípulos de la secta Lan pasaban por su modesta posada.

Mo Xuan Yu le dio las gracias rápidamente antes de salir corriendo por el pasillo, aunque cuando estaba por doblar la esquina dio un par de pasos atrás para recordarle a la Señora Liu que se suponía que a esa hora debería estar descansando, luego retomo su marcha a la cocina. (Apenas registrando que la dueña de la posada se rio como el menor tenia la osadía de reprocharle eso cuando claramente era él quien, después de semejante día, debería estar descansando por tres vidas).

Al llegar a la cocina no pudo evitar suspirar aliviado al ver a Hanguang-jun cargando a un profundamente dormido A'Ying en sus brazos, al verlos no supo si llorar de emoción en el acto o postrarse para pedir perdón por ser imprudente y haberle quitado la vista de encima al pequeño. Como si hubieran censado su presencia e intenciones, ambos Jades de Gusu se dieron vuelta al mismo tiempo y evitaron que iniciara un espectáculo de disculpas digno de una novela de harems imperiales.

El Amor Inmortal de Hanguang-junDonde viven las historias. Descúbrelo ahora