Resultados

3.6K 441 158
                                    

Capitulo XXXII
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Había ocasiones en qué los sucesos durante en su estancia en casa de Sero parecían un mal sueño, momentos donde sentir los labios de su pareja hacían que todo se esfumara y su vida se volviera una nube de amor y felicidad.

— Denki —

— No quiero —

— Girasol, tenemos que — Shinsou le acaricio el cabello mientras enredaba sus piernas en las ajenas tratando de animar a su pareja, dio suaves toques sobre las mordidas que había hecho en sus hombros por la noche, apenas iba amaneciendo pero debían levantarse y prepararse para ir al hospital.

Habían pasado un par de meses, y como prometió, estaban empezando a recorrer el camino juntos.

Quizás fue el orgullo, quizás si estaba más herido de lo que pensaba pero Kaminari se negó rotundamente a que su madre fuera quien le revisara, por lo que habían terminado por ir con la única persona en la que ambos confiaban para algo tan delicado. La doctora Ibara, quien al ser inexperta en el tema solo les pidio tiempo y paciencia para estudiar a fondo el caso y poder ayudarles de la forma adecuada.

No habían cambiado mucho las cosas, sus amigos llamaban cada fin de semana, su familia cada tres días, Aoyama y Monoma se la pasaban en su departamento por la hora de la comida y la cena, y los gatos... Bueno seguían siendo ellos, incluso el pequeño Katsu se había acostumbrado a su nuevo ambiente y actuaba más mimado.

Lo que había cambiado había sido ellos como pareja, había muchas cosas a las que adaptarse, muchas cosas que hablar, antes de que volviera a ver un malentendido como el último que casi los separa.

Pero, seguían siendo felices, esforzándose un día a la vez para que su vida tranquila y dulce continuará.

— Shin ¿Sabes dónde dejé las llaves? —

— ¿En la cocina donde siempre? —

No habían avanzado mucho con los estudios de su cuerpo, apenas si le habían hecho algunas pruebas y exámenes y aunque físicamente estaba en óptimas condiciones, los resultados que recogerían ese día eran los que más le preocupaban.

Los resultados en cuestión a su aura y control de feromonas.

Era inevitable estar nervioso, aún cuando salieron del departamento dejando a los felinos solos, estaba más preocupado por los resultados que por las travesuras que podrían hacer esos traviesos mientras no estaban.

Ya que era algo lejos habían tomado un taxi, que por culpa del tráfico no los había podido dejar en el estacionamiento del hospital si no solo en la entrada principal, dónde una pequeña explanada con jardín los separaba del edificio, empezó a sentir más nervios, estaban tan cerca que su paso se hizo más lento con tal de poder tener tiempo de estar listo.

Tomar de la mano a su alfa le traía un poco de paz a su mente y Shinsou se aseguraba de que no chocará con algún poste o se tropezara por venir en las nubes, aún así, fue inevitable terminar teniendo un accidente.

— ¿Estás bien? —

Cuando Shinsou reacciono ya el rubio había caído y tirado de paso a la criatura con la que chocó, ambos se vieron a los ojos y la pequeña empezó a llorar por la sorpresa.

— Perdón, fue mi culpa, lo lamento —

El Omega tomo a la pequeña en brazos, acariciando gentileza su cabeza tratando de calmarla para que dejara de llorar mientras Shinsou se arrodillaba a su lado para verificar que ambos estuvieran bien, cuando acomodo el cabello infantil para revisarle el rostro sus dedos chocaron con el pequeño adorno de gatos.

¡Shinsou, los gatos y yo! (Shinkami Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora