Instintos

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Capítulo XXV
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Esa frase cliché de "despertar con el canto de las aves" nunca pareció algo posible para Kaminari, pero cuando el suave trinido de las aves molesto su sueño finalmente abrió los ojos y se sintió confundido un par de minutos.

Estaba acostado boca abajo completamente solo en la enorme y mullida cama de su pareja, le dolía la parte baja del cuerpo pero ya no tan excesivamente, por otra parte lo que le mataba eran las piernas.

¿Porque? No entendía esas ni las había usado pero le dolían, inmediatamente después noto el leve olor en su cuerpo.

No era agradable, se sentía limpio por lo que dedujo Shinsou le había aseado, pero sin ducharse después de la guerra en la cama del día anterior tenia un aroma extraño, no era asqueroso pero no era agradable.

Al levantarse se tambaleó levemente incomodo, sentía que "algo" estaba aun en medio de sus piernas lo que le impedía caminar normal, escuchaba a Shinsou en la cocina pero no tenia la cara para hablarle, así que a su modo y caminando como pingüino llego al baño.

Suspiro levemente al notar que debía agacharse para quitarse la ropa interior, le dolió, como el infierno pero lo logro, y cuando se dejó empapar por el agua todo pareció mejorar.

El dolor bajo un poco con el agua tibia y la incomodidad bajo varios niveles pero no creía poder sentarse, su único consuelo es que ahora su cuerpo no expedía ese singular olor si no su aroma natural.

La sorpresa vino cuando se miro al espejo, ese cuerpo no parecía el suyo.

Tenia marcas en todos lados, leves moretones y mordidas perfectamente marcadas, sus hombros eran los mas afectados e incluso en la oreja tenia una mordida ¿Cuando y como? ¡Ni cuenta se había dado!

Apresuradamente con toda la intención de quejarse de forma infantil fue por algo se ropa a la habitación y al estar vestido con una simple camisa y sus bóxer camino a la cocina.

Se detuvo a unos pasos al ver que no tenia el derecho de quejarse. Concentrado y tarareando una leve melodía rítmica Hitoshi preparaba el desayuno dándole la espalda sin darse cuenta que ya estaba allí.

Sin la parte superior de la ropa solo con su pantalón puesto Kaminari podía apreciar de forma inmediata las mordidas en la parte baja del cuello y las arañazos en la espalda.

¿Era una fiera? Esas marcas no eran pasionales, eran desgarradoras. Desvío la mirada sonrojado ante los recuerdos, mientras trataba de ubicar el momento donde dejo como pizarron garabateado la hermosa espalda de su pareja.

— Denki — La voz de Shinsou le saco un susto pues pensó no le había visto, el otro seguía en su cometido de que no se le quemara el recalentado.

— ¿Como te diste cuenta? Pensé no había hecho ruido — Resignado a tener que hablar con él pese a la vergüenza, se aventuró a caminar un par de pasos hasta quedar atrás de su pareja y ver que hacia.

— Tu aroma, últimamente soy mas sensible a tu aroma así que por la intensidad deduje que estabas atrás de mi, es inconfundible tu aroma de Sol y vainilla — Con calma y sin necesidad de mirar Shinsou se centraba en su tarea mientras sentía a su omega atrás inconforme por no poder sorprenderlo.

El omega se quedo pensando dudoso, varias veces Shinsou le había descrito su aroma como "Sol y vainilla" y entendía lo de la vainilla pero ¿sol? ¿Que? ¿Olia a ropa seca?

— ¿A que te refieres con "sol"? Siempre dices eso pero aunque sea mi propio aroma no entiendo esa descripción —

— Pues... — Finalmente Shinsou le miro, dejando los utensilios en la barra miro el techo pensativo tratando de encontrar una manera de explicarle — Bueno, es una expresión, para mi tiene 2 formas — Declaro mientras volvía a el recalentado y ponía café. Denki le abrazo por las caderas desde atrás para evitar que escapara a su pregunta y al ser un poco mas bajo podía verle directamente desde el hombro el rostro.

¡Shinsou, los gatos y yo! (Shinkami Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora