Trabajo

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Capítulo IV
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El trabajo era estresante, Kaminari podía ser flojo y des obligado la mayoría de los días, pero cuando le llegaba trabajo era bastante serio y literalmente se encerraba en su casa con la computadora por dias hasta terminar de traducir.

Si, si los escritores y artistas tenían fecha límite los traductores la pasaban igual de mal.

Ser traductor no era un trabajo fácil, y menos cuando se trataba de libros de texto y de interés común, los libros "literarios" osea los llenos de historias eran fáciles ya que solo evocaban saberse el idioma pero otros tenían mas dificultad.

Para traducir un libro no solo se necesitaba saber el idioma a traducir, si no el contexto social y cultural de la comunidad para la que se va a traducir, las frases típicas de los lugares y sus comparaciones mas recurrentes.

No es lo mismo un "Kombini" de Japón a un "Oxxo" de México, pero... Ambas eran tiendas de 24 horas que se encontraban en todos lados y se podían fácilmente comparar para la traducción de un libro a otro.

Osea, un japonés no va saber a la primera que diablos es un "Oxxo" por eso traducir era difícil porque había que fijarse en todo. Otra cosa que crispaba a la hora de traducir es que en algunos idiomas algunas frases o palabras se resumían a una sola en otro.

Por ejemplo si traduces "Reunión para concertar matrimonio" del español al japones se traduce en la única y sencilla frase de "Omiai" o si al revés, traduces "Reunión con alcohol" del japones al Español latino se resume en "Fiesta"

Así de difícil era la vida de un traductor.

El fin de traducir un libro o texto no es solo que este se pueda "leer" si no "entender", es decir, no solo saber que dice en tu propio idioma si no poder entender a la primera que quiere transmitir y esto es mas fácil si lo puedes comparar con lo que vives a diario.

Pese a todo lo negativo  que sonaba aquello amaba su trabajo, había estudiado idiomas y dedicado mucho a buscar sobre muchas culturas.

Por lo tanto, el que le llegara un nuevo trabajo era algo que tanto lo animaba como lo inquietaba, necesitaba comprar mucho.

En la tienda miraba con mucha seriedad los paquetes de comida rápida y fideos instantáneos que tenían para saber que llevarse, el libro que iba a traducir era uno de psicología desde Estados Unidos de pocas paginas ¿Unas 100? por lo que no le tomaría mas de unos 6 días si trabajaba día y noche.

— ¿Que haces Kaminari? — Shinsou miro a su pareja con una gran curiosidad, había pasado una semana y días desde que empezaron a salir, aunque no había cambiado mucho la situación entre ellos.

Normalmente Kaminari se la pasaba en su casa jugando con sus gatos y eso era todo.

Por lo que verle tan concentrado en una sopa le desconcertó.

— Oh Shinsou, perdona estaré ocupado unos días, no podre ir a tu departamento, llego un libro nuevo y debo estar en confinamiento hasta acabar — Sonrió para después volver a su misión del día, el otro miro lo que ya llevaba el rubio y una vena salto en su frente.

Sin pensarlo mucho tomó con fuerza al rubio, boto todo lo que traía y fue directo a la caja a pagar lo que el llevaba.

— ¡Oye! —

— Nada de "oye" Kaminari no puedes alimentarse así, recuerda que soy escritor yo también entiendo la precisión de la fecha limite pero al parecer comprendo mejor que tu que uno debe cuidarse y mas en estos casos — Regaño algo molesto mientras le jalaba de la mano con dirección a sus apartamentos, el rubio forcejeaba con fuerza e insistiendo en soltarse.

¡Shinsou, los gatos y yo! (Shinkami Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora