Cap 13: BLOOD, SWEAT & TEARS [+18]

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Jung Kook dio por finalizado aquel beso intenso y apasionado. Miró directamente a los ojos de Lynda, y sintió como se hundía en ellos.

...Esos ojos siempre le habían resultado hermosos, pero ahora, después de ese beso, le provocaron algo especial. Se dio cuenta de que, por esos ojos, estaba dispuesto a dar la vida, si así se lo pidiesen...

Sin apartar la mirada de la muchacha, estiró su brazo hacia la mesa y tomó la copa de vino. Bebió el contenido de un solo sorbo, respiró profundamente, y se atrevió a decir lo que estaba oculto en lo más profundo de su cerebro.

Acercó su rostro al de la chica y rozándole el lóbulo de la oreja con sus labios, permitió que la frase saliera de su boca.

-¡Te deseo y mucho!

Lynda al escuchar esas palabras, percibió como un escalofrío se apoderó de ella. Un viento frío acompañó el susurro de JK, entrando por su oído y viajando por cada célula de su cuerpo. Sintió como este, comenzó a temblar y a pedirle a gritos que respondiera a las palabras de Kookie.

Al igual que su mejor amigo, buscó valentía en la copa de vino que estaba en frente. Bebió todo el licor, también de un sorbo. Dejó la copa en la mesa y volvió su mirada al muchacho. Se puso de pie, y se quitó la chaqueta de cuero, que, por los nervios, aún llevaba puesta. Se sentó en el regazo de Jung Kook con las rodillas juntas mirando hacia el costado izquierdo. Pasó sus brazos por los hombros del muchacho y acercó sus labios a los de él.

En un acto completamente osado, el que nunca en su vida pensó que haría con su mejor amigo, se expresó con libertad y sin tapujos.

- Mi sangre, sudor y lágrimas, mi último aliento... ¡Tómalo todo! - terminó de decir eso, y mordió el labio inferior del chico.

- ¡Te deseo mucho, te lo prometo...! ¡Mucho, mucho! - respondió este otro; la apretó fuertemente y comenzó a besarla, una vez más.

Los labios de Jung Kook y los de Lynda, se deseaban, se necesitaban y se complementaban como, si el acto de besarse, lo hubiesen hecho desde siempre. Vibraban en la misma frecuencia, lo que les permitía alcanzar un ritmo excepcional.

El chico no podía evitar sonreír mientras le besaba, se sentía demasiado feliz y extasiado en ese instante, ya que Lynda, sin quererlo, le estaba demostrando cuán diferente podía ser el beso de una chica de 20, al de una mujer de 39.

Los años en ella no habían pasado en vano, la experiencia se le notaba en cada movimiento de su boca y de su lengua- .JK lo agradecía y mucho.

El chico se sentía en las nubes. El beso de Lynda, era lo mejor que le podía estar pasando en ese momento. El sabor dulce del vino y la experticia de la mujer, lo tenían en un estado de alucinación total.

Jung Kook nunca en su vida había consumido ningún tipo de droga, pero en ese preciso instante, estaba experimentando con la más letal de todas. Los besos de Lynda, sin duda, se habían transformado en un atrapante narcótico, y él, en el adicto más afortunado de la tierra...

Lynda pasó sus manos por el largo, y levemente, ondulado cabello del muchacho, y se aferró a él, jalándolo suavemente. El chico posó una de las suyas en el cuello de ella, acariciándolo suavemente. Dejó que la otra mano comenzara a recorrer la espalda de la muchacha, hasta encontrarse son su voluptuoso trasero.

... Desde siempre, ese atributo de Lynda le había parecido magnífico. Después sus ojos, su trasero era lo que más le encantaba del cuerpo de aquella chica latina, y ahora por fin estaba ahí, al alcance de su mano...

Después de inspeccionar los muslos de la muchacha, decidió que ya era hora de sentir su piel, y dejó que sus manos traviesas se introdujeran por debajo de la camiseta gris que Lynda vestía, y pudo ahí, experimentar su suavidad, con la punta de sus dedos.

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