SATURN © [#1 Cerises] ✔️ NUEVA VERSIÓN

Capítulo 4 - Año Nuevo, vida nueva

Olvidemos los equipajes del pasado y hagamos un nuevo comienzo.

Shahbaz Sharif

1 de enero 2014

Nueva York, EE. UU.

El mayor significado de celebrar el Año Nuevo es con la vida misma, implica un nuevo ciclo y el comienzo de nuevas cosas, oportunidades tanto personales como profesionales y cumplir con las expectativas que tenemos para los meses próximos.

— ¡Diez...! — gritaban todos al unísono.

Como cada año, Lorena celebraba junto con su nana, Nicholas y la familia de este, el Año Nuevo. Y lo hacía de una forma que para ella era la indicada para dejar atrás otro pedacito del dolor aferrado.

— ¡Nueve... Ocho... Siete... Seis...! — vociferaban con sonrisas dibujadas en sus rostros todos los presentes en aquel gran salón, mientras visualizaban el reloj.

Cada año era así, Lorena y su nana eran recibidas como un miembro más de la familia Wright.

— Cinco — susurraba Lorena uniéndose al conteo, mientras mantenía su vista en Nicholas, el cual se encontraba abrazado a sus padres y su hermana.

— Cuatro — susurró en continuación Sophie, acariciando con afecto el brazo de la pelirroja.

— ¡Tres... Dos... ¡Uno...! ¡FELIZ AÑO NUEVO! — gritaron todos los integrantes de la familia Wright.

Nicholas abrazó a su familia y buscó con la mirada a sus dos invitadas, mismas que encontró en el exterior, pues ellas habían salido en los últimos segundos para poder hacer como siempre, su bienvenida especial a un Año Nuevo más.

— Feliz Año Nuevo — dijeron ambas mujeres con delicadeza, alzando sus copas hacia el cielo estrellado para posteriormente fundirse en un abrazo.

Al cabo de unos segundos se separaron y al voltear se encontraron con Nicholas quien las veía desde la puerta, el hombre les sonrío, nana Sophie besó la mejilla de Lorena y los dejó en privacidad.

Nicholas se acercó a Lorena y con sus pulgares limpió las lágrimas traicioneras que escaparon de aquellos ojos miel, le obsequió una bella sonrisa y la abrazó.

— Feliz Año Nuevo, cerecita — susurró el pelinegro, cerca del oído de la pelirroja, enviando un agradable calor a todo su cuerpo, se separó y dejó un tierno beso en su frente que hizo suspirar a Lorena — Te amo mucho — el corazón de Lorena se aceleró como loco.

— Feliz Año Nuevo, Nick — lo miró a los ojos con amor —. Yo también te amo.

Aquellos "Te amo" eran sinceros, los más sinceros que se pudieran oír, pero como es sabido, no eran pronunciados con sentimientos del todo semejantes.