Extra 2 - Renacer

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El proceso más amoroso de recuperación es aquel que habla sobre nosotros mismos

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El proceso más amoroso de recuperación es aquel que habla sobre nosotros mismos. Todo lo que es posible hacer es amorosidad pura cuando estamos dispuestos a renacer.

Ana Claudia Quintana Arantes

10 de julio 2019

Vancouver, Canadá.

Tres años después de la muerte de Lorena.

Dicen que, para celebrar la vida, debemos de aceptar la muerte.

¿Sencillo? Nadie dice que lo sea, pero tampoco se nos dice que sea algo imposible.

Tres años habían transcurrido desde la muerte de Lorena, tres años en los que cada uno de los que la vieron partir y sufrieron su perdida, se dedicaron a cumplir con las promesas que le habían hecho y empezaron a sanar.

Porque claro estaba que Lorena lo último que quería era saber que sufrían.

Para algunos fue más complicado el recobrar la fuerza para no dejarse vencer, porque las pérdidas que sufrimos son experiencias totalmente personales, cada uno logra aceptarlas de forma única. Otras personas — amigos, familiares — pueden estar ahí para nosotros, y de cierta forma hacernos un poquito más fácil el pasar por el proceso de duelo.

Existe la afirmación de que todo ser humano es capaz de soportar un duelo y salir fortalecido de este. Algunas veces nos preguntaremos incluso: ¿Cómo es que lo hemos logrado? ¿Cómo es que logramos aceptar la realidad? ¿Cómo es que logramos adaptarnos al nuevo mundo que se formó cuando aquello que amábamos se ausentó? Y, por último: ¿Cómo es que pudimos rencontrarle sentido a la vida para eso, para seguir viviendo?

Nicholas fue uno de los que más tardo en asimilar la ausencia de Lorena, luego de su oportunidad de verla una última vez de forma "cercana" y sacar aquello que lo atormentaba, pudo empezar a seguir adelante, tenía promesas que cumplir y debía recordar que su amiga confiaba en él, no podía defraudarla, y si, le costó mucho, incluso, tuvo el apoyo de quien menos pudo imaginar, pero ahora ahí se encontraba.

POV. Nicholas Wright

Con agrado, desde el balcón del primer piso, observo a cada una de las personas que circula en el edificio.

"Centro Médico Éternité"

Hace tres años, mi cerecita se fue y el primer año fue el más difícil. Me inundó una fuerte depresión por su partida, principalmente debido al sentimiento de frustración y culpa por no haber podido despedirme de ella y decirle cuánto la quería y lo especial que era para mí.

Lo especial que es para mí.

Han pasado dos años desde que finalmente cumplí mi promesa de hacerme cargo del hospital que ella me dejó. Aunque hace dos años que no la he visto en mis sueños ni al visitar su habitación, siento su presencia en mi corazón cada vez que necesito tranquilidad ante la inquietud que me provoca el hecho de que ya no esté aquí.

SATURN © [#1 Cerises] ✔️ NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora