Prefacio.

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Todo lo que se necesita para tener éxito en esta vida

Es ignorancia y confianza.

-Hija de humo y Hueso.

PREFACIO

-¡Jamie! ¡Jamie es hora de levantarse!

Gruño y me froto los ojos. Aun adormilada estiro mi brazo lo más que puedo y tomo mis lentes. Veo de reojo al reloj del mueble al lado de mi cama.

¡Es tarde!

Me levanto lo más rápido que puedo y me pongo lo primero que logro encontrar. Unos pantalones viejos y una blusa que no me favorece gran cosa. Agradezco al cielo por haber alistado mi mochila un día anterior. Casi olvido ponerme zapatos y salgo trasbastillando a la cocina.

-Jamie, cariño...-niega con la cabeza mama.

Fabrico una sonrisa.

-Se me hizo tarde mama, no es nada.-murmuro mientras me siento para desayunar.

Mi mama me sonríe, y me deposita el desayuno.

-Aquí tienes, Jamie, ¿lista para tu primer día de escuela?

Asiento mientras mastico.

-Me alegro por ti.

-¿Dónde está papa?

Observo como mama frunce los labios y desvía la vista. Cosas tan simples como esta, me comprueban cuando alguien miente. O bien, cuando alguien te oculta la verdad.

-No regreso en toda la noche Jamie. Sabes que es una persona muy ocupada.

Asiento y trago mis palabras. Debo permanecer callada, aunque me duela en lo más profundo de mi aliento. Mama es débil, debo ser fuerte. Por ella y por nosotras.

Mi papa es el reconocido y respetado Sr. James Green. Abogado. Reconocido abogado. Atiende los casos más relevantes en la ciudad de Nueva York. Lo quiero mucho, y lo admiro también. Sin embargo, el nunca está en casa. Pasa la mayor parte del tiempo trabajando, y si, sé que es un hombre muy ocupado, pero también tiene otro trabajo.

Ser mi papa.

-Sí, lose. Lo extraño-musite con la mirada baja.

Papa, cuando inicio su carrera, no trabajaba tanto. Buscaba casos, pero era difícil. Siendo un abogado que nadie conocía, no cualquiera depositaba su confianza en alguien como él. Recuerdo esos tiempos, había veces en que el refrigerador estaba vacío, no tenía muchos juguetes y nunca iba de compras.

Todo cambio la vez que a un funcionario le quedo mal su abogado, necesitaba alguien para su caso. Un amigo de papa le recomendó a él. Papa fue, confiado y contento y gano el caso.

Desde ese momento lo empezaron a contratar compulsivamente. Ya no lo veía. Pasaba menos tiempo con él.

Ahora ya no lo veo.

Mama dice que es porque nos quiere y quiere lo mejor para nosotras. Tenemos una casa grande, mi armario está lleno de ropa y tenemos un refrigerador lleno de comida.

¿Pero necesito esas cosas para reemplazar el amor que papa no me da?

No.

-No te preocupes Jamie-dice mama acariciándome la mejilla.

Susan Greene fue la mejor mama que pude haber pedido. Una pintora extravagante enamorada de un hombre de negocios, ¿Qué tal? Sus ojos color miel buscan calmarme e inexplicablemente lo logran. Siempre lo hacen.

¿Como escapar de uno mismo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora