Como perderse uno mismo.

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CAPITULO 8

JAMIE

Los paparazzi me encontraron antes que Austin.

Me coloque la capucha bien puesta y trate de esquivarlos pero eran más de 30. Los carros me rodearon y los flashes de las cámaras me desconcertaron. Estaba histérica y muy enojada y las lágrimas no tardaron en asomarse. Fui empujando a reporteros negándome a dar entrevistas rezando por que Luke me encontrara. Al menos me humillaría en silencio, en una habitación con las ventanas cerradas y sin estas horribles personas tratando de inmiscuirse en mi vida.

Habían cerrado la calle, y no sabía a donde ir. Ojala el chico de la cafetería no viera esto. Era horrible y me avergonzaba. Continúe con la vista hacia abajo, corriendo, buscando un lugar donde refugiarme.

Más pronto que tarde un camaro negro derrapo justo frente a mí. No tenía que adivinar quién era porque lo sabía. Yo había estado ahí cuando Luke lo había comprado. Él se bajó del auto y me abrió la puerta. Los paparazzi desesperados gritaban preguntas y me golpeaban las mejillas con los micrófonos. Empuje a unos cuantos para hacerme paso al asiento trasero del auto y me enfundé en mi chamarra, queriendo desaparecer.

Luke entro al auto y arranco, causando que me golpeara la espalda por la velocidad. Por una vez no discutí, me había salvado la vida.

Los autos nos siguieron por varias avenidas, pero Luke parecía realmente un conductor de "Rápidos y furiosos". Se metía a callejones y sorteaba calles como un profesional. Tenía miedo de que estrellara el carro, pero me asuste al comprender que irónicamente, esa idea no me asustaba.

-No levantes la cabeza-murmuraba mientras daba volantazos y yo me acurruque en el asiento, cerrando mis ojos.

Después de unos cuantos minutos, la velocidad del carro empezó a disminuir y me arme de valor para levantar la cabeza. Los hombros de Luke estaban tensos y su ceño profundizado. Me miro por el espejo retrovisor y meneo la cabeza.

-Menuda muchacha-soltó una risa-debería dejarte en la puta calle, pero la suertuda serias tú, no yo.

Cruce los brazos y apreté la mandíbula.

-¿A dónde me llevas?

-Es tarde, así que te llevare al hotel-contesto-aunque estoy seguro que Robbie muere por hablar contigo, ¿te importaría prender el maldito teléfono y hablar con el hoy? Quizá no se enoje tanto mañana si te grita ahora mismo.

Obedecí lo que Luke me decía y en cuanto encendí el celular, la llamada entrante de Robbie no me sorprendió. Solo apreté el botón para contestar y sus gritos resonaron en todo el auto.

-¡JAMIE GREENE OJALA ESTES ORGULLOSA DE ARRUINAR TODA TU CARRERA! ¿TIENES IDEA DE LO QUE HAS HECHO? NI SIQUIERA DEBERIA DE SORPRENDERME TÚ FALTA DE SENSATEZ TU COMPLETA IRRESPONSABILIDAD...-

Luke se carcajeo.

-Deja que se desahogue.

Y así pasaron sorpresivamente 20 minutos en que Robbie me insulto, me regaño, luego se disculpó por insultarme y luego comprendía que no debía disculparse conmigo, de que yo debía de disculparme con él. Entonces volvía a enojarse diciendo que yo jamás agradecía por nada ni pedía perdón, y que debería pedir perdón a la audiencia, de que era una perra desgraciada y que había millones de artistas verdaderos allá afuera esperando por la oportunidad que yo tenía.

Me hubiera gustado contestarle porque me decía que era una perra desgraciada. Lo de perra si lo era, pero desgraciada no. ¿Qué tenía que agradecer? Odiaba esta vida, daría todo por desaparecer de la farándula, daría todo por ser nuevamente una chica normal, que no la acorralan en las calles, que no importa en absoluto. También me hubiera gustado decirle que me despidiera, que no me importaba, que contratara a alguien que en serio quisiera estar en mi lugar, como Austin por ejemplo.

¿Como escapar de uno mismo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora