— Le he de pegar con mi puño hasta que el mismo sangre, hasta que todos sangremos, esperando que su rostro se pudra como debe ser –
Todos le miran extraño, su forma de hablar siempre había sido... particular.
— Entonces, ¿usted afirma haber agredido a Eduardo? – Pregunta la directora.
— Sí, con mucho orgullo digo que sí. –
— ¡Tord! –
— ¿Qué? –
— Vale, no hemos citado a los padres de Eduardo puesto que sería un caos, hablaremos con ellos aparte, tu suspensión durará una semana. – Termina de decir la señora, Tord bufa, su madre le mira decepcionada, y su padre guarda cualquier clase de emoción.
Como siempre, una familia impredecible.
Salen del lugar, tan pronto como llegan a su casa el padre de Tord le dice que vaya al estudio, este mismo mira hacia el suelo, ni quería ver el rostro de su madre, ¿cuan deprimente sería su rostro en ese instante? prefería no saberlo.
— Mano. – Tord suspira, levanta la manga de su abrigo, su muñeca está llena de cicatrices, por supuesto que no eran autoinflingidas, todo era culpa de esa maldita regla.
Esa misma que estaba sosteniendo su padre en ese momento.
— Espero que no sigas enorgulleciéndote de lo que has hecho después de esto.
Ahí viene, ahí viene... un golpe.
Otro, y otro más.
Dolían tanto, era como un latigazo en el culo, un latigazo poco placentero, tortuoso, con intenciones de dañar.
— ¿Sigues orgulloso? –
— Sí, estoy muy orgulloso de lo que he hecho. –
Nuevamente un golpe, otro, y otro más, cada vez más fuertes, insufribles, dolorosos. Quería llorar.
— ¿Y ahora? –
— Sí, ¿y sabes por qué? ¡Porque ese hijo de puta violó a uno de mis amigos y se escapó como si nada, como si fuese una puta víctima! – Su rostro está hacia la izquierda, le habían pegado una cachetada.
— ¡No me levantes el tono! ¡¿Esa es la excusa más creativa que has tenido?! ¿Un hombre violando a otro? ¡Una maravilla de mentira! – Le pega con la regla de nuevo, Tord derrama una lágrima, no lo soportaba.
No soportaba como su padre le hablaba, como le pegaba, como le trataba, era como si a él le encantase hacerlo, como si le gustase destruirle cada minuto de mínima felicidad, de mínimo esfuerzo, transformarlo en algo aborrecible, en algo deprimente, ¿y su madre? tan solo se quedaba viendo detrás de la puerta, sin decir o hacer nada, como siempre.
Le vuelve a pegar, una y otra vez, Tord tan solo llora mientras su padre lo repudia, mientras le grita y le aclara lo imbécil e inservible era para esta sociedad.
Era un ser errático, inútil, terco, egocéntrico, idiota y mil cosas más según su padre.
Su brazo sangra.
— Padre... – Dice Tord entre sollozos. –, te odio, te odio tanto, y más que a ti, me odio a mí, solo por hacer todo lo posible para recibir una puta sonrisa tuya, ¿de qué sirve? tú has sido el maldito que ha provocado una necesidad de aprobación en mí, pero por supuesto, algo malo sucede contigo, y eso hace que me repudies tanto, de algo careces, de algo estás inseguro... pégame, vuelve a pegarme e invalida cada palabra que he dicho.
El de cuernos entrega su muñeca, la alza y cierra los ojos, esperando los fuertes golpes que le daría su amado padre.
Sin embargo, eso era mentira, él no esperaba nada, sabía exactamente lo que había hecho, le había dejado pensando a su padre, lo había logrado, lo había descolocado. Tord era un chico bastante inteligente, incluso cínico, al menos así se proclamaba.
Un chico cínico, siniestro, que había hecho lo único que sabía con tal de salir de aquella situación, en la desesperación utilizó la manipulación.
— Ve- Ve a tu habitación, no cenarás. – Su padre había tartamudeado, de verdad lo había hecho, se quería reír en su cara, lo haría, pero la golpiza que recibiría no valía la pena.
— Vale. –
💐
Dolía tanto.
El agua contra sus heridas le hacían llorar del dolor, pero ni siquiera podía sollozar, su madre lo escucharía, y su padre se burlaría de él. Guarda sus sollozos, sus gritos y llantos, aprieta los dientes y aguanta la respiración, deja el agua fluir por sus heridas, cuando ha terminado deja el aire entrar a sus pulmones, deja de apretar los dientes y exhala.
Sale de la ducha y se dirige a vendarse las heridas. Apenas sale corre a su cuarto intentando no hacer ninguna clase de ruido. Empieza a vestirse, aunque antes de hacerlo se mira en el espejo, admira su abdomen, diablos, sí que estaba en forma. Sonríe, esa satisfacción no era capaz de borrar todo el dolor, pero por un instante, se sintió bien consigo mismo.
Se echa en su cama, no quería ni poner música, tan solo no quería hacer nada, ni una clase de ruido, ninguna palabra, ningún suspiro. Agarra su teléfono, silencia el sonido y se mete a la app the mensajes.
"Me suspendieron x una semana jj"
"QUÉ"
"TODR"
"COMO XQ CUANDO"
"Q dijiste ahora""Tan solo dije lo que sentía, que Eduardo merecía una paliza, que debía sangrar hasta que yo sangrase tmb"
"Mierda Tord"
"Lo sé, a mi padre tampoco le gusta que sea
honesto""Ya fue, espero que no te hayan castigado más"
Tord suspira temblorosamente,
mira su vendaje."Nah, tan solo me dejaron sin cena"
"Nada grave""Vale, mañana les cuento a Tom y Matt"
"Como quieras, yo creo que descansaré"
"Okay, mañana hablamos"
"Chao"
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suddenly they love each other - Tommatt
Fanfiction"Tom se da cuenta que Matt era una persona en segundo plano en su vida, y era extraño, tantos años de amistad y tan pocas palabras compartidas. Finalmente se dedica el tiempo de profundizar su amistad, a un punto donde cae en sus ojos, toca sus mano...