𝟏𝟑 - 𝐡𝐢𝐬 𝐭𝐨𝐮𝐜𝐡 𝐢𝐬 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐚 𝐛𝐮𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐥𝐚𝐫𝐞

153 21 21
                                    

Eduardo nuevamente se escapó de la situación.

Nadie lo vio, por ende nadie pudo castigarlo.

Y Matt no dejaba de pensar acerca de todo, de los sucesos, su abuso, la guerra que estaban teniendo, Tom. Oh... aquel chico, tan tosco y aún así dulce, buen escuchador, buen abrasador incluso. No dejaba de pensar en todo lo que había vivido con él, no solo desde que empezaron a hablar más, desde siempre algo los mantenía unidos, aunque ni siquiera hablasen, aún así estaban ahí los cuatro, nunca faltaba uno. Era extraño.

¿Qué era Tom para él?

Un chico, un amigo... un mejor amigo hasta, uno de los pilares que le ayudaban a levantarse cada vez que caía, cada vez que se perdía y no podía encontrarse, ahí estaba, con esa sonrisa con brackets, esas cuencas y cabello alborotado. Ahí estaba siempre, y esa emoción le llenaba de alivio. Sigue recordando la noche donde durmieron juntos, mirándole a luz de luna, tan precioso para guardarlo en un cuadro en su memoria, un cuadro reluciente, recuerda su abrazo, sus brazos pequeños y flacos a su alrededor, se siente extraño recordarlo, siente algo en su pecho, su corazón palpitando más fuerte, y cosas subiéndose hasta su garganta, esa emoción.

Lo había sentido antes, estaba sintiendo atracción por Tom. No podía negarlo, conocía muy bien ese sentimiento, no se estaba equivocando, Dios, cuando todo iba mal ahora parecía ir peor, perdería un amigo, pero sabía que con él se iría enamorando, después de todo era Tom.

Solo Tom y él.

— Diablos. – Es lo único que puede decir.

Era hora de almorzar, su madre no lo llamó, pero podía sentir el sonido de los platos siendo puestos en la mesa, baja las escaleras sin antes dejarle un poco de comida a Ópalo. Al estar en el comedor se dedica a tomar su plato, desde hace un tiempo comía arriba en su cuarto, no le molestaba, tan solo sentía pena de no poder cenar en la misma mesa con sus padres.

— Matthew – Le ha dicho su madre, se da la vuelta antes de salir de la cocina.

— ¿Qué pasa? –

— Almuerza con nosotros... – El chiquillo no sabe qué decir, tan solo deja su plato en la mesa y espera a su padre para comer.

Ha llegado, y al verlo en la mesa no dice nada, tan solo se sienta y comienza a comer, su madre hace lo mismo, así que Matt no espera más para hacerlo.

— ¿Cómo te ha ido en la escuela? – Preguntó su madre, el pelirrojo levanta la mirada.

— Bien. – Dijo, continuó comiendo.

— ¿Tus amigos están bien? –

— Sí, bastante bien. – Ha mentido, estaban terrible, el que más se acercaba a estar bien era Tord, sus nudillos ya estaban casi sanados.

— Que bueno, me alegra oír eso –

— Mhm... –

Pronto terminan el almuerzo, su padre no dijo nada, se levantó y se fue a su estudio, mientras su madre empezó a lavar los platos él se quedó allí. Pensaba y pensaba, ¿con qué cara le habrá mirado su padre? no quiso, más bien no se atrevió a mirarle, no pudo, su ser temblaba ante su presencia, nunca le había pegado, nunca lo había tocado, pero su ser era capaz de ser firme y autoritario sin hacer nada de esas cosas, daba hasta miedo. Finalmente se levanta, sube las escaleras y se encamina a su cuarto.

suddenly they love each other - TommattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora