suddenly they love each other - Tommatt

𝟏𝟗 - 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐡𝐨𝐥𝐝 𝐦𝐞 𝐜𝐥𝐨𝐬𝐞 𝐛𝐚𝐛𝐲 𝐡𝐨𝐥𝐝 𝐦𝐞 𝐡𝐢𝐠𝐡

Era un día bastante lindo para la época, soleado y con ciertas nubes en el cielo, bastante placido para ser honestos. Tom y Matt estaban en el patio esperando a que sus dos amigos llegaran al recinto, mientras tanto, hablaban y se daban mimos algo tímidos. Entonces, sin ninguno saber, Jon ha llegado a la escuela, caminaba junto a Eduardo y Mark, todos lo miraban, habían pasado dos semanas desde su hospitalización y finalmente le habían dado el alta, estaba asustado, sus piernas temblaban ante tantas miradas, tantos murmullos.

Sintió como alguien le daba la mano. Era Eduardo.

Su corazón saltó, él lo miró pero el castaño no le devolvió la mirada, se mantuvo firme en su caminar, le hacía sentirse seguro, pero sentía como si lo hiciese por pena, y lo peor que puede hacer el ser humano es sentir pena por el otro. En cambio, el corazón de Eduardo caminaba por el aire, no sabía cuál era el rostro de Jon, sin embargo, su corazón se llenaba de felicidad al saber que no fue negado.

Salieron al patio, aún quedaban unos minutos antes de entrar a los salones, por ende, los chicos decidieron que era mejor tomar algo de aire, ser calentados por el sol, al menos un poco.

— ¿Estás bien? – Le ha preguntado Mark al pequeño.

— Sip, es un poco estresante ser el centro de atención, ojalá pase de moda pronto – Dio unas risas.

— Hey, uhm... ¿podemos hablar? – Eduardo miró a Mark y este supo de inmediato a donde iba el tema, por ende, se largó a pasear.

— Claro, dime – Jon le responde sonriente.

El castaño mira el suelo, estaba nervioso, mira a sus alrededores, no había nadie cerca, tan solo eran ellos dos. Aclara la garganta.

— ¿Recuerdas lo de tu carta? Bueno yo... quería responderte, pero nunca me sentí listo para hacerlo, en el hospital se te veía tan mal que tan solo quería llorar... –

— Oh... bueno, ahora estoy de pie, quizá sea momento de hablarlo — Dijo, su voz no era exactamente seria, pero tampoco parecía ser alegre.

— Sí. Yo- tú... me.. yo te amo, ¿bien? no sabes cuánto sufrí cuando tus padres me dijeron que estabas en el hospital por intento de suicidio, de inmediato supe que era mi culpa, yo sé que fui yo quien gatilló tus ganas de hacerlo, por eso, por más que me ames, por más que te amo, no creo que te merezca. – Suspira y humo sale de sus labios debido al frío. – Eres bueno, ¿sabes? pareces un jodido ángel, pero yo solo me burlaba de ti, incluso te golpeaba, ¿cómo mierda te enamoré? –

Jon mira el suelo, y le regresa la mirada.

— Creo que es porque aún así parecías noble, sabía que aunque yo te fastidiaba y tú me golpeabas, nos querías, a mí y a Mark, y que tú nos protegerías ante todo, sabía que eras bueno, recuerdo cuando les dabas comida a los animales de la calle, o cuando tú y tu madre salvaron a un pajarito... esas pequeñas cosas hacen a uno saber lo que eres. Eras bueno, eres bueno, sin embargo, siempre existirá un lado malo... en cada persona, no sé cómo he podido perdonarte, no sé, pero uno no puede estancarse en ello, especialmente yo. – Ahora es Jon quien suspira. –

— Gracias... por perdonarme, te he hecho tanto daño y eres tan dulce, Dios. – Ambos sonríen. – Tú y yo... tal vez no deberíamos estar juntos.

— Tal vez no... – Las sonrisas se esfumaron. – pero, quizá podríamos intentarlo.

— Jon, te haré daño... –

— No lo harás, yo sé que si lo haces nunca será con esa intención... yo sé que me amas mucho como para hacerlo. ¿Es así? – Eduardo se avergüenza, sus mofletes se enrojecen y esconde parte de su rostro en su bufanda.