E.

793 58 11
                                    

- Yo me ocupo de ellos, iros tranquilos - dijo Tom.

- Nos volveremos a ver pronto - le dijo Bill.

Yo lo miraba desde la distancia, estaba paralizada. Bill fue a dejar las maletas al coche, y Tom aprovechó para acercarse a mi. 

- Toma - me acercó un trozo de papel - leelo cuando estéis lejos de aquí - 

Sonrió y se quedó quieto delante mio hasta que Bill volvió a entrar. 

- Tenemos que irnos ya -

- Vamos - contesté sin apartar la vista de Tom.

Ellos dos se dieron el último abrazo y a mi... A mi solo una última sonrisa. Esos cambios de actitud tan bruscos me volvían loca. 

- ¿Estás seguro de que no quieres venir? - preguntó por última vez Bill.

- No - contestó su hermano - solo os entorpecería. Buena suerte - 


Bill puso la llave y encendió el motor. Ambos estábamos nerviosos, pues estábamos en peligro constante.

- Siento haberte metido en este lio. No tendrías que haberte metido, Bill - 

- Ya no hay marcha atrás. Además... Tuve que hacerlo - dijo fijando su mirada en mi.

- Gracias por todo, de verdad. Gracias por arriesgar tu vida. - 

Él se limitó a sonreir. 


A varios kilómetros de Los Ángeles, se me ocurrió preguntar:

- ¿Dónde se supone que vamos? -

- Primero México. Luego intentaremos llegar a Argentina. Cuanto más lejos, mejor. - 



"Leelo cuando estéis lejos de aquí"

Saqué ese trozo de pape doblado en cuatro partes de mi bolsillo.

"¿Querías saber cómo soy? Bien. Pues no soy ese bastardo hijo de puta que crees que te engañó. 

¿Te quise? No. ¿No te quise? Tampoco. Fue un sentimiento extraño, pero fuerte. Fue algo intenso, pero demasiado corto. Te tenía cariño. 

¿Por qué te engañé? Al principio no quería nada contigo, solo una noche. Eso ya lo sabes. Vi tu situación; como te trataba Craig, como vivías... Todo. Quería ayudarte. Nadie se merece vivir asi. 

¿Por qué te abandoné? Era la única manera de salvarte la vida. Una noche Craig me pilló en un callejón y me amenazó a punta de pistola; o te dejaba en paz o te mataba. Sí, a ti. Creo que sospechaba que pudiera haber algo más entre tu y yo. 

Por eso me fui. Te abandoné, sí. Pero antes te preñé. No fue un descuido, como te hice creer. Necesitaba preñarte. Aquí te usé, sí. Quería asegurarme de que tendría descendencia, pues me iba a ir y no sabía si volvería con vida. Pero también necesitaba que hubiera algo por lo que me odiaras. Algo por lo que no quisieras volverme a ver nunca más, algo por lo que no arriesgaras más tu vida. Siento haberte metido en este marrón. Siento que ahora vayas a tener un hijo de un hijo de puta. 

De todas formas, mi plan parece funcionar. Tu y mi hermano os vais a librar de ser asesinados. Yo... No os preocupéis por mi, m vida estaba sentenciada hace meses. 

Buena suerte. "


 - ¡DA LA VUELTA! - grité histérica.

HELL ABOVE (Bill Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora