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1 mes antes
Todo era silencio, a mi alrededor, podía sentir los golpes mientras intentaba protegerme; a lo lejos vi como alguien entraba y tomaba de los hombros a Jesse para alejarlo de mi. Yo seguía en la misma posición de protección, alguien se hinco a lado de mi.
—Avalon ¿me escuchas? ¡Avalon!—se podía escuchar una voz a los lejos.
Solo cerré los ojos convirtiéndose todo en negro; y aunque aun sentía dolor este iba desapareciendo., no sabía que había pasado ni en que momento estaba en una cama del hospital pero me dolía todo el cuerpo y por su puesto la cara; podía darme una idea y no quería saber si estaba en lo correcto o no.
Alguien abrió la puerta, era mi mamá con una mujer de cabello corto y traje, ambas me miraron con una sonrisa triste y no pude contener mis lagrimas, no quería verme débil pero lo era.
—¿Qué hago aquí?—las mire a ambas.
—¿No recuerdas nada?—pregunto aquella mujer y yo negué.
—Sufriste un ataque por parte de Jesse tu ex novio
Baje la mirada, ya sabía a donde iba todo esto.
—Cariño—dijo mamá y tomo mano— estamos aquí porque queremos ayudarte.
—¿De donde conoces a ese chico Avalon?
—Fue mi novio por unos meses pero lo estábamos intentando—dije sin verlas— fue un error estar con el en mi departamento en ese estado.
—¿Antes te había agredido?
—No, bueno se enojaba conmigo y me levantaba la voz pero yo también lo hacía en forma de defensa.
Mire mis brazos y tenía algunos moretes, al igual que mis piernas; me toque la cara y tenía miedo de verla.
—Cariño, lo que el te hizo no esta bien y lo va a pagar.
—Quiero verme mamá.
—Avalon...
—Quiero ver que me hizo ese monstruo.
Ella suspiro y acerco un espejo que estaba a lado; lo tome con mis manos temblorosas y poco a poco fui viendo mi cara, solté un sollozo al verme, tenía un hematoma en el ojo y algunos otros en la cara, tenía un labio lastimado y una cortada en la ceja. Deje el espejo a un lado y comencé a llorar, si Mi-Suk no hubiera llegado, hubiera acabado peor.
—¿Quién me vio así?
—Los Doctores.
—¿Y Harry?—ambas se miraron—¿Harry me vio así?
—No, no pudo. No quiso entrar—baje la mirada.
—¿Quieres que le llame?
—No mamá, prefiero que me vea después, no quiero que me vea de esta manera.
