El Disturbio

Capítulo 11: Nimiedad

- MELISA!_grite alterada

- hey, hey calma, que sucede?_ pregunto Joseph viéndome fijamente, yo me atormente por la pesadilla de siempre pero.. esta vez fue distinto, esta vez vi a Melisa en mi pesadilla. decidí ignorarlo y no darle vueltas al asunto a pesar de sentirme sumamente extraña, me faltaba el aire y Joseph lo noto moviéndose de donde estaba para abrir la ventana y luego suspirar como si de un peso se tratara, sin mas me levante de mi cama para ir al baño.
me encontraba bajando las escaleras sin mas observando la hora en mi celular 10:29 no me sorprende, en lo que bostezo al mismo tiempo en el cual me dirijo a la cocina por un vaso de agua encontrándome con Christopher, tomando de lo que seria
\\mi desayuno// me mira notando mi presencia y ni se inmuto en absoluto por mi presencia, así que solo tome el vaso de agua para luego aproximarme a cuatro pasos mas adelante de el

- apenas empieza el día y ya estas tragando todo lo que veas comestible_ dije sarcásticamente dirigiendome hacia la habitación de mi madre, al llegar a su puerta me detuve, no solía estar en esa habitación desde.. "entra" mis pensamientos fueron interrumpidos por mi subconsciente, en si no era buena idea hacerlo así que ignore completamente mi voz interior y simplemente me he ido a hacia afuera. Un poco de aire fresco me haría bien, me encontraba viendo la vista y escuchar el ruido del viento pasar por mi cara dejando mi cabello un tanto despeinado sin sentido mas que dejando una sensación de relajo hacia mi persona, me preguntaba como durmió Joseph ya que solo al despertar lo encontré en mi escritorio, habrá dormido bien?, ayer no cenamos.. Melisa habrá ido hoy a la escuela?, Solo hay dudas y no respuestas, salgo de mi trance al ver a christop salir de la casa con su celular al oído, supongo que esta en una llamada, me dirigía hacia la puerta cuando, me detiene.

- saldré con Diego y unos amigos, vendré algo tarde por si pregunta nuestra madre_dijo mientras se alejaba y subía al auto con el que Joseph suele llevarme a la escuela, si no mal recuerdo es suyo "lo es" cerré la puerta ya estando adentro viendo a el chico de porte alto comiendo solo, no me he fijado que se ha dado cuenta de mi presencia.

- desayunaste?_ me pregunta en lo que solo suspiro viéndolo con una cara que ya suponía que iba a decir, en lo que mueve una silla haciendo referencia a que me siente junto a el, le sigo la corriente y ya estando a su lado me ofrece la mitad de su desayuno, y no. no lo pensé ni un segundo y lo tome, mi apetito es desequilibrado haciendo que algunas veces no coma absolutamente nada bien pero hoy me levante en perfecto estado para tragar. "que decencia" sin mas en el trayecto del día joseph y yo estuvimos teniendo pequeñas charlas, como por ejemplo hablo del trabajo con mi madre //no dio muchos detalles\\ en si las charlas nos hicieron saber un poco mas de otro, para cuando ya eran las 11:46 empece a revisar mi celular mientras actualizaba la bandeja de mensajes esperando algún texto de mis amigos, pero nada. Reviso algunos mensajes "viejos" de Melisa sobre ideas para ese informe que estoy que lanzo por la ventana y si no fuera por mucho me lanzaría junto con el, cuentos para niños y leyendas o hasta noticias me ha enviado para sacar un tema o historia de allí, se ve tan fácil y lo es. pero conociéndome no lo copiaría como si nada y mas que entregar, "que esta bien o que esta mal?" realmente no puedes quedarte un rato sin darme ideas, veo a Joseph salir de la casa por la puerta principal, mientras dirijo mi vista por la ventana que esta justo un lado del comedor con una vista hacia aquel bosque que se ve totalmente aislado por alguna extraña razón siento escalofríos

______________________

escribía y borraba, así estaba justo en mi cama con el portátil encima de una almohada mientras intentaba sacar algo interesante pero nada de buena ocurrencia " unicornios mágicos ancestrales" hm como seguía, nada de BUENA ocurrencia se me venia a la cabeza mas que mi voz interior, decidí tomarme un descanso dejando el portátil de lado para luego echarme en la cama y mirar hacia arriba, sin animo alguno llamo a Fiona.