Capitulo 2.5 Una reunión bastante extraña.

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"Nunca terminamos de conocer a las personas, y cuando crees conocerlas te sorprende"

-Paulo Coelho
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Dos semanas antes de lo sucedido.

Fiu~ (soplido)
Track~ (hoja rompiéndose de la rama)
Plap plap~ (pisadas)

Jajaja.

Mira es... (murmullo)Oh(°0°) en serio ya... (murmullo)

Jiji, claro, ami... (murmullo).
Gracia... (murmullo).

Fiu~ (soplido)
Cucucuu~ (palomas)

"Van cayendo del cerezo esos pétalos de flor.
Cada uno es un pedazo de mi triste corazón."

— (Ahh~, esto es demasiado relajante, el aire fresco golpeando mi cara, una música demasiado relajante, un rico y frío Max Coffe y un ambiente agradable. Ahh~) Hikio... — (esto es lo que a mí me gusta en serio. Pero siempre me pregunto, ¿para qué la gente trabaja tanto? ¿Qué ganan trabajando hasta morir? ¿Por qué a la gente no le interesa el paisaje? Y no lo disfruta, para qué esforzarse sin sentido? Gracias a esto, muchos mueren por el síndrome de karoshi o mejor conocido como muerte por sobreesfuerzo de trabajo. Gracias a eso, muchas personas mueren pensando en si llegarán tarde al trabajo, si el sueldo les alcanzará o si los despedirán, y solo para qué? Si total de cuentas serán reemplazados como meros objetos, herramientas. Como si no fueras nada, una mísera y insignificante herramienta reemplazable). Hik... Me es... — (En serio, a veces no los entiendo. Por eso yo hubiera preferido ser como un oso; ellos comen, cazan, beben, duermen, invernan y nadie les dice nada. Dios, andan solos por sus hábitats libres y sin preocuparse en nada. Si fuera un árbol, solo pasaría el tiempo viendo a las personas o animales sin importar nada, si, sin duda ser un árbol estaría bien) — Track~ (hoja rompiéndose de la rama).

Fiu~

— Oye, ¿me estás siquiera escuchando, Hikio? — recriminó esta voz desconocida.

— Umm?

Al momento de escuchar la voz y levantar la mirada, se podía ver a una chica rubia, con ojos de color verde esmeralda que, si los miras, parecerían dos joyas hermosas. Ella llevaba tacones bajos, una blusa amarilla que combinaba con su cabello y ojos, y una falda negra con un bolso del mismo color.

—  ¿Cómo que "umm"? Hikio, te estoy hablando. Aparte de ignorante, también estás sordo. — La chica lo reprendió con claro enojo.

(Ugh, es Miura, y se ve molesta. Pero, ¿por qué está molesta? Si apenas llegó. ¿Hice algo mal? Umm, no creo. Parece ser otro de sus berrinches otra vez. Sí, debe ser eso. No hay otra razón para eso... ¿Verdad?) — Mientras él seguía pensando, se le olvidó que ella seguía mirándolo.

Mientras tanto, con una rubia que seguía molesta.

— Hey Hikio, Hikio, ¿me estás escuchando? Uhh, deja de mirarme, tu mirada me da asco. — Dijo ella con una mirada de enojo y repugnancia.

(Ugh, ya se enojó más. Mejor busco una excusa... Umm, ya se me ocurrió algo). No te estaba viendo a ti, Miura. — Respondió él ante lo dicho. 

 ¿Ah, no? ¿Y entonces a qué veías, aparte de mí? — Dijo ella con un tono de pregunta, aunque tenía una mirada de repugnancia y molestia.

A los pétalos de cerezo que se van volando detrás de ti. — Respondió él sin tomarle tanta importancia.

¿Cuáles pétalos... Oh, cierto, sí hay pétalos. — Dijo ella un tanto molesta, pero se le pasó al ver tal hermoso evento.

¿Ves que no te mentía? — (Uff, de la que me salvé, gracias dioses de las comedias románticas).

Te salvaste solo por esta vez, Hikio.

La Pérdida De Algo GenuinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora