9 días antes de la desaparición de Komachi.
Era un domingo por la mañana, y la cocina de los hermanos Hikigaya estaba llena de la calma típica de un día libre. Komachi y Hachiman estaban sentados a la mesa, disfrutando de un desayuno sencillo: pan tostado para Komachi, quien lo acompañaba con un jugo de naranja, y para Hachiman, su inconfundible Max Coffee.
—Nee, oni-chan, ¿tienes planes para esta tarde? —preguntó Komachi, con un pedazo de pan tostado aún en la boca.
—No, y lo sabes bien —respondió Hachiman, sin apartar la vista de su lata de café.
—Entonces, ¿podemos salir en la tarde? Necesito hacer unas compras y conseguir algunos objetos —insistió Komachi, masticando su desayuno con entusiasmo.
—¿Me quieres usar como mula de carga? —Hachiman arqueó una ceja, fingiendo indignación.
—Tehe —Komachi se golpeó suavemente la cabeza y sacó la lengua de una manera adorable.
—Nada de "Tehe" —replicó Hachiman con un tono serio.
—Vamos, oni-chan, no tienes nada mejor que hacer que jugar con tu consola de videojuegos. Además, sabes que no puedo traer todas las cosas sola —argumentó Komachi, dándole un giro juguetón a su petición.
—(Suspiro) Está bien, Komachi, tú ganas —Hachiman cedió finalmente, resignado.
—¡Yeiii, eres el mejor oni-chan! Oh, eso me dio muchos puntos —Komachi saltó de la emoción, provocando una sonrisa en el rostro de Hachiman.
—Sí, sí, lo que sea, Komachi —respondió Hachiman, dando un sorbo a su lata de Max Coffee.
Mientras los hermanos Hikigaya charlaban y se reían durante el desayuno, la mañana transcurrió de manera tranquila y relajada.
La tarde llegó y, a las 3 en punto, Hachiman estaba listo para salir. Llevaba una chaqueta de color café oscuro, una camisa beige, pantalones negros y unos zapatos a juego. Esta ropa, por cierto, había sido elegida por Yumiko en una de sus múltiples salidas juntos.
—Nee, oni-chan, ¿ya estás listo? —preguntó Komachi desde el segundo piso.
—Ya estoy listo, pero tú te has tardado mucho —Hachiman respondió con un tono ligeramente exasperado.
—¡Mou, oni-chan, eres cruel! Las mujeres siempre tenemos que vernos lindas —dijo Komachi mientras bajaba las escaleras, con una actitud juguetona.
—Nunca entendí eso de las mujeres —Hachiman se encogió de hombros, con una expresión de confusión.
—Porque nunca lo entenderás, oni-chan. No tienes amigas para comprenderlo —respondió Komachi con una sonrisa socarrona.
—Sí tengo amigas, está Yumiko, Yuigahama, Kawa, Kawasaki —Hachiman enumeró con un poco de duda al principio.
—¿Oh? ¿En serio? —Komachi se rió con un toque de diversión.
—Sí, ¿por qué? —Hachiman frunció el ceño, aún sin entender el comentario.
—Jujuju, solo lo digo, oni-chan —Komachi respondió en un tono juguetón, dejando el misterio en el aire mientras ambos salían de casa.
La tarde avanzaba y el sol brillaba con fuerza mientras los hermanos Hikigaya se dirigían al centro comercial más cercano, ubicado en el corazón de Chiba. El lugar estaba lleno de actividad y bullicio, con tiendas de moda, boutiques y una variedad de restaurantes. Hachiman y Komachi se adentraron en el centro comercial, con Komachi liderando el camino y Hachiman arrastrando un carrito lleno de bolsas.
—Onii-chan, primero iremos a la tienda de accesorios para el hogar. Quiero buscar algunas cosas para decorar mi habitación —dijo Komachi, señalando una de las tiendas de la planta baja.
—Entendido. Vamos allá —Hachiman asintió, ajustando el carrito mientras seguían a Komachi.
Al entrar en la tienda, Hachiman se encontró rodeado de una gran variedad de artículos decorativos, desde cojines hasta lámparas y organizadores. Komachi se movía de estante en estante con una energía inagotable, revisando cada artículo con atención.
—Onii-chan, ¿qué opinas de estos cojines? —Komachi mostró un par de cojines con diseños coloridos.
—Están... interesantes. —Hachiman se esforzó por mantener una expresión neutral mientras miraba los cojines.
—¡Son perfectos para darle vida a mi habitación! —Komachi se emocionó y empezó a meter los cojines en el carrito.
Después de explorar la tienda de accesorios para el hogar, se dirigieron a una tienda de moda cercana. Komachi tenía una lista de tiendas específicas que quería visitar. Al entrar en la boutique, Hachiman se encontró rodeado de ropa elegante y accesorios de última moda.
—Onii-chan, ¿qué opinas de este vestido? —Komachi salió del probador con un vestido brillante y giró para mostrarlo.
—Eh, se ve... bien. —Hachiman intentó evitar hacer comentarios inapropiados y se concentró en su café, que había traído para mantenerse despierto.
—¡Gracias, oni-chan! —Komachi sonrió y volvió al probador para cambiarse. —Vamos a comprarlo, ¿sí?
Después de un rato de explorar tiendas de ropa y accesorios, Komachi se dirigió hacia la zona de comida del centro comercial. Aquí, el aroma de diversas cocinas llenaba el aire. Desde sushi hasta ramen, había opciones para todos los gustos. Komachi se detuvo en un puesto de crepes y pasteles.
—Onii-chan, ¿quieres probar un crepe? —preguntó Komachi, mostrando un menú lleno de opciones dulces y saladas.
—Claro, suena bien. —Hachiman accedió, aliviado de que la carga de las bolsas estuviera en su mayoría en el carrito.
Mientras esperaban sus crepes, Komachi charlaba animadamente sobre las tiendas que habían visitado y los artículos que había encontrado. Hachiman, por su parte, estaba contento de poder disfrutar de un momento de descanso.
—Onii-chan, ¿cómo te ha parecido el centro comercial? —preguntó Komachi mientras comía su crepe de fresas.
—No está mal. Es bastante grande y tiene de todo —Hachiman respondió, tomando un bocado de su propio crepe de chocolate.
—Me alegra que te guste. Y lo mejor es que todavía nos queda tiempo para ver un par de tiendas más antes de regresar a casa. —Komachi sonrió, disfrutando del dulce.
Después de disfrutar sus crepes, los hermanos continuaron explorando el centro comercial, visitando algunas tiendas más y haciendo las últimas compras. Finalmente, con las bolsas llenas y una tarde llena de actividad, regresaron a casa.
—Gracias por acompañarme hoy, oni-chan. —Komachi dijo mientras caminaban hacia su casa.
—De nada. Aunque, si sigues llevándome a estos centros comerciales, voy a necesitar más café —Hachiman bromeó, alzando una bolsa en señal de resignación.
Ambos compartieron una risa mientras se dirigían a casa, satisfechos con su día de compras y el tiempo compartido.
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977 palabras
Espero que les guste el nuevo capitulo, nos vemos en la proxima.
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La Pérdida De Algo Genuino
FanfictionPorque sniff... Sniff... Ick... Porque *******... Ick... Porque tu no tenias que mereser ese destino... Pero yo te vengare de aquellos que considere "conocidos", no es asi ******-san. -Umm, ahmm - gracias por darme la razon y ver que la juventud est...