Soothing 태국 Taekook •

03.

— Come, por favor —pidió, extendiédole el plato. Taehyung le miró.

— Uh... esto es... ¿ellos me lo dieron? —preguntó, algo inseguro. Nunca había visto una comida tan lujosa. Ni siquiera sabía qué era, pero incluso la presentación era tan inusual.

— Algo así.

— ¿Cómo sé que no está envenenada? —susurró, algo temeroso de que el otro fuera a enojarse por su comentario. Se había molestado tan fácilmente hace un rato con su doctor, con alguien que, se supone, era algo más cercano a él, así que realmente temía hacerle enojar y tenía razones para ello.

— Uh... —respondió luego de unos segundos en silencio—. Era mía. Yo no como con ellos. Hoy no había comido, así que ellos mandaron a preparar mi cena. Hm, es... es mi cena. No está envenenado —esperó unos segundos más, yendo a su cama luego, sentándose en ella, descansando el plato en sus piernas. Taehyung le miraba desde su silla, donde se quedaba sentado todo el tiempo que el otro estaba fuera. Prefería no tocar ni acercarse a nada.

— N-no puedo estar seguro, ¿por qué me darías tu cena? —dijo y luego se preguntó si estaba siendo demasiado insistente. Tal vez debía callar de una vez, pero es que Jungkook le respondía tan suavemente y se estaba odiando por sentir que podía preguntar.

— Yoonie me dijo que mañana tengo trabajo —susurró, palmeando a su lado en la cama, indicándole al otro que se sentara. Taehyung entendió aquello y, aunque al principio dudó, después obedeció. Tomó asiento a su lado, cuidando de no estar demasiado cerca—. Me refiero a... hoy también me llamaron para trabajar, pero lo de hoy fue lo normal, algo simple, y mañana... Es de esas cosas que ya no puedo hacer, no quieren que lo mate antes de tiempo. Me equivoqué varias veces y aún están molestos conmigo, me castigaron cada una de esas veces y tengo la advertencia de que ya no habrá castigos; si vuelvo a equivocarme, estoy muerto —contó—. Así que... necesito que me ayudes. Yo, uh, te he ayudado. Es decir, ellos iban a matarte, pedí que no lo hicieran. Ahora ayúdame tú.

— ¿C-cómo? Si tú no puedes detenerte, yo... ¿Qué puedo hacer?

— Por lo pronto, uh, come. Creo que necesitas recuperar fuerzas, te ves bastante débil. Aquí no es bueno lucir débil.

— ¿Tú no vas a comer?

— No tengo hambre.

— ¿Puedes... comer un poco? —pidió y, aunque el otro entendió que era porque aún desconfiaba, no se enojó. Entendió, pues él también desconfiaría en esa situación.

Así que cortó un trozo de carne con sus cubiertos, llevándolo a su boca y deteniéndose por un segundo; no podía quitarse la máscara frente a él. La subió solo un poco, descubriendo nadamás sus labios y llevando el bocado a su boca, volviendo a acomodarla luego. Masticó y tragó la comida, mirando fijamente al otro. Taehyung mantenía su atención en ello.

Jungkook no dijo algo más, tan solo partió otro bocado y acercó el tenedor a la boca del chico.

Y Taehyung lo aceptó, finalmente.

[ × ]

Jungkook estaba metido en la cama, solo mirando al otro. La luz estaba apagada, pero había una pequeña lámpara en un mueble al lado de la cama iluminando un poco todavía.

— ¿No vas a venir?

— Dormiré en la silla. Si me dejas sin amarrar es mejor, pero, hm, igual es tu decisión.

— Ven —susurró, palmeando en su cama— Ambos cabemos aquí, no hace falta —Taehyung se mantuvo de pie, sin saber qué hacer. No quería estar tan cerca, pues, aunque ese chico no había hecho nada amenazante contra él, seguía recordando la forma en que había atacado a dos personas antes, el cómo lucía cuando la sangre le manchaba totalmente. Le era tan asqueroso recordarlo—. O, hm, si quieres, puedo dormir en el piso. Está bien —comentó, Taehyung decidió acercarse en ese momento, recostándose a su lado con cuidado—. ¿Está bien si me quedo? —susurró luego de poco, Taehyung asintió, sin mirarle. ¿Cómo podría hacerle dormir en el piso? Probablemente lo mataría luego de eso—. Apaga la luz. No puedo dormir con máscara, así que no puedes prenderla durante la noche —dijo, Taehyung apagó la lámpara que había quedado de su lado y el otro retiró aquella cosa de su rostro, dejándola en el mueble a un lado de la cama—. Tengo un sueño muy ligero, voy a darme cuenta si lo haces —rió, su voz siendo mucho más clara para el otro ahora—. Descansa, mañana tenemos trabajo.