07.

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Jungkook volvió a quitarse la máscara apenas entraron a la habitación. Taehyung cerró la puerta y se giró para tomar su cintura, guiándole hacia la cama.

— ¿Puedo prender la luz? —preguntó, antes de acostarse.

— Sí —susurró, sonriendo en cuanto la luz le iluminó. Taehyung fue directo a sus labios, dejando un corto beso y sonriendo luego también.

Jungkook se recostó en la cama y Taehyung subió sobre él, mirándole, deteniéndose, una vez más, a apreciar su rostro.

— Eres tan, tan bonito —susurró.

— Ya dijiste eso.

— ¿Por qué te ocultas si luces tan bien? —cuestionó, su mano acariciando la mejilla del otro, su pulgar yendo a acariciar su labio inferior.

— Deja de decir esas cosas —rió, llevando sus propias manos a su pecho. Taehyung estaba tan cerca, quería evitar que el contacto fuera tan directo, no quería ponerse más nervioso de lo que ya estaba.

— No sabes lo mucho que me atrae lo lindo que es tu rostro. Es como si tú fueras el crush que no sabía que tenía. No sé cómo explicarlo, pero me gusta tanto cómo te ves —confesó, el menor ni siquiera podía decir algo ante la forma en que aquellas palabras le hacían sentir.— Si ya me mostraste tu rostro... ¿será demasiado pedirte ver tu cuerpo? —susurró, Jungkook sintió un escalofrío recorrerle, pero luego sonrió. Llevó ambas manos a los hombros del mayor y le empujó a un lado, subiendo sobre él, posando una pierna a cada lado suyo y sentándose en su estómago.

— ¿Por qué tan atrevido? —rió, acariciando su cabello para luego moverlo de su rostro, queriendo descubrirlo para verle mejor. Taehyung guardaba silencio, la leve sonrisa no abandonaba su rostro—. ¿Quién dijo que tú tendrías el control? —susurró, el mayor sintió escalofríos, pero no dijo algo.

Tal vez aún temía un poco de lo que ese chico era, le había visto torturar y matar a tantas personas, pero no podía alejarse; no podía dejar de sentirse tan atraído hacia él, no podía controlar la forma en que su cuerpo reaccionaba ante la sola presencia de ese hombre.

Jungkook tomó sus manos, entrelazándolas con las suyas y haciéndole apoyarlas en la cama. Las sostuvo con fuerza acercándose para besarle y Taehyung le recibió sin más. Sus labios se movían sobre los del otro, tan suavemente; apenas leves roces que no avanzaban a un nivel superior, un lento beso con el que se permitían sentir sin tener que acelerar las cosas. Ambos seguían comportándose de esa forma, mantenían cierta inocencia en sus actos, se trataban con tanto cariño que cualquiera que les viera se sentiría desconcertado; se trataba de dos personas ya adultas de las cuales uno era un asesino y el otro había sido secuestrado por los compañeros del primero, pero, justo ahora, parecían solo dos adolescentes enamorados, dos chicos tan ansiosos por hacer lo que ambos tenían en mente y tan nerviosos por lo mismo.

Ambos tenían una inmensidad de pensamientos llenando sus mentes mientras sus labios seguían sintiendo los del otro, mientras sus cuerpos se dejaban guiar por sus instintos, por la búsqueda de un poco más de aquella preciosa sensación.

Jungkook aprovechó ese instante de tranquilidad durante el beso para levantar un poco sus caderas, volviendo a sentarse después, pero sobre la entrepierna de Taehyung, quien dejó de besarle por apenas un segundo por la sorpresa, retomándolo luego.

El roce de sus labios era tan placentero, pero Taehyung ya no podía centrarse del todo en ello ahora que una nueva sensación había llegado a su cuerpo. Jungkook comenzó a frotarse contra él, tan levemente, sonriendo cuando el otro tuvo que dejar el beso para emitir un leve jadeo. Taehyung estaba intentando mover sus manos que, no obstante, el menor aprisionó con más fuerza.

Soothing 태국 Taekook •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora