Día 7

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🖤 compañero enfermo 💙

La molestia de la luz contra sus párpados es lo que le despierta en primer lugar, seguido de la extraña y contrastante sensación suave bajo su cuerpo, como una cama. Es muy extraño pues no tiene ningún tipo de recuerdos sobre haber regresado a casa, ¿quizás soñó todos aquellos sucesos? De los cuales, de hecho, no está seguro del todo. Por alguna razón las memorias en su mente son una imagen borrosa.

Intenta abrir los ojos con lentitud, percatándose de que ésta acción tan simple ahora se ha vuelto complicada; su cuerpo está completamente sumido en el agotamiento. Sus músculos yacen tensos, y debido a esto un rastro de miedo aparece en su interior al no saber qué es lo que ha pasado. Al abrir sus ojos por fin y observar a tientas su alrededor, solo ve un techo monótono de color blanco con una lámpara en el medio. Se da cuenta de que ese no es su hogar...

—Oh, señor Gogeta, ha despertado por fin. —reconoce su nombre de entre todas las abrumadoras sensaciones. Mueve su atención hacia su lado derecho, dónde ha provenido la voz, encontrando a una persona portando lo que parece ser una bata blanca. Se le hace muy dificultoso ver más detalles de esta persona con la visión así de borrosa—. Cálmese, se encuentra bien ahora.

¿Calmarse? ¡¿Cómo podría calmarse si no tiene idea de lo que pasó?! Piensa desesperado, con los nervios a flor de piel. Mil y un probabilidades de eventos inoportunos cruzan por su mente al instante. Y el hecho de que ni siquiera posee la energía suficiente para levantarse solo empeora sus emociones.

Viendo cómo éste no se relaja en absoluto, la persona continúa—. Usted y el señor Goku fueron afectados por la atmósfera del planeta 578-H en la última visita. Parece que el oxígeno tenía cantidades considerables de alguna clase de toxina y ambos se vieron intoxicados. —a medida que habla, los recuerdos van tomando forma. Recuerda estar en ese sitio con Son Goku y ambos se sintieron enfermos sin razón, mareados y con jaqueca—. Pero no debe preocuparse, hemos neutralizado la toxina y ahora ambos están estables. El señor Goku despertó hace unos minutos —el doctor (doctora, de hecho) le sonríe cálidamente al decir aquello, como si estuviera aliviada. Lo más seguro es que estuviese allí esperando que despertase.

Escuchar con atención esto logra que un alivio recorra por fin todo el cuerpo de Gogeta, ¿entonces fue solo eso? La intoxicación no es un chiste, pero al menos no es algo horrible como haber sido apaleados por alguien más fuerte que ellos. Es hasta gracioso pensar que, incluso siendo tan fuertes, algo tan simple como una leve variación en el oxígeno puede mandarlos directo al hospital.

Con sus sentidos un poco más claros ahora puede comenzar sentir las otras presencias en la habitación: Goku yace a unos cuantos metros, quizás en una camilla en su misma situación, solo que a diferencia de él, Vegeta yace de pie justo al final de su lecho. Lo oye vociferar palabras en un tono firme, sin ningún tapujo en demostrar su descontento (preocupación en realidad) sobre aquella situación. En menos de 5 segundos le escucha decir la palabra «estúpido» más de dos veces seguidas; naturalmente el otro solo puede sonreír con nervios al no tener idea de cómo reaccionar o salir ileso de aquello. Vaya que son todo un par...

Inevitablemente, escuchar discutir a ambos guerreros le hace pensar en Vegetto, preguntarse su paradero y si se encontrará bien. ¿Estará haciendo algo tan importante que no se encuentra allí? Sabe que hecho como ese no debería molestarle, sabe que Vegetto tiene otros asuntos qué atender... no obstante, le haría sentir realmente feliz que estuviese ahí con él.

La doctora, que observaba entre risas la situación a unos metros de ellos, dirigió su atención de regreso a Gogeta cuando Vegeta pareció calmarse—. Esos dos nunca van a cambiar. —suspira—. El señor Vegetto estará contento de ver que ha despertado.

—Vegetto... ¿sabes dónde está?

Su pregunta no obtiene la reacción que esperaba: la doctora le observa con tal grado de confusión que cree por un momento que le ha hablado en otro idioma o que solo ha balbuceado.

—Él... —ella deja salir una leve risa—. se encuentra ahí mismo. —contesta por fin, señalando a un lado de la camilla donde yace Gogeta. Éste voltea la mirada con velocidad en dirección hacia donde le ha señalado, viendo que Vegetto efectivamente se encuentra justo a su lado. Su cabeza reposa en sus manos las cuales están apoyadas en la cama, desde esa posición no alcanza a verle la cara, pero es evidente que está dormido. Acaso... ¿acaso ha estado allí todo ese tiempo?— No se ha separado de usted desde que llegaron, ¿puede creerlo?

De hecho no, le cuesta trabajo creer eso. Le cuesta asimilar la situación, y le hace sentir un poco culpable haberlo juzgado mal hace solo unos momentos.

La doctora se retira silenciosamente al darse cuenta de que Gogeta se ha relajado por completo, ahora con su total atención en el hombre que duerme a su lado. Cómo puede, Gogeta levanta su mano izquierda y mueve el cabello de su contraparte teniendo especial cuidado de no despertarle. Acaricia aquellos cabellos castaños en una demostración de afecto que le provoca una sonrisa en los labios.

En el fondo de su corazón sabe que ya no tiene caso resistirse a ese sentimiento en su pecho, se ha enamorado de Vegetto y verlo allí dormido solo refuerza ese hecho. Ahora sólo debe encontrar la manera de hacérselo saber sin dañar su relación...

Flufftober 2021 (Gogeta & Vegito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora