Día 16

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🖤 Compartiendo la cama💙

Vegetto ha intentado todo: cubrirse y destaparse de las sábanas, girar en su posición favorita, ablandar la almohada con algunos golpes y hasta un par de técnicas de respiración, sin obtener éxito alguno. El añorado sueño sigue sin aparecer y al contrario, sus sentidos parecen cobrar cada vez más vida y estar más pendientes de los detalles a su alrededor con cada intento fallido; su acogedora habitación, la cual no ha sufrido ninguna clase de cambio destacable, no parece ser la más cómoda en aquella tranquila noche, una bella noche que debería ser perfecta para deslizarse hacia un letargo profundo.

Da un último giro sobre sí mismo, reposando sobre su costado con un brazo bajo su cómoda y esponjosa almohada. Después de unos cortos instantes cede al aburrimiento y abre de nuevo los ojos, escaneando con monotonía los detalles frente a él. Ni siquiera la amplia pared de color crema con una única ventana que muestra el oscuro cielo nocturno plagado de infinitas y hermosas estrellas parece llamar al cansancio y sumirle finalmente en el descanso deseado.

No es sino hasta que escucha el familiar sonido de la puerta de entrada a su habitación que se percata de las avanzadas horas de la noche, lanzando una rápida mirada furtiva al pequeño reloj que yace a un lado de su lecho.

2:47am.

Es tarde, muy tarde.

Reconoce el sonido de la puerta siendo cerrada con destacable cuidado, quedándose quieto por completo al escuchar pasos lentos que se dirigen hacia su posición. Siente el ki tranquilo pero formidable tan característico de Gogeta, su presencia llena por completo la habitación y reconocerlo de alguna manera le transmite un sentimiento de paz y alegría muy acogedor. Espera inmóvil en esta posición varios segundos a que el recién llegado tome su lugar en la cama, manteniendo los ojos bien cerrados como si estuviera dormido. Para su sorpresa, un silencio y quietud mortales se apoderan del espacio; dejándole algo solitario y confundido.

Voltea por encima de su hombro para ver qué es lo que sucede y porqué tarda tanto, dándose cuenta que éste en realidad sólo está retirándose algunas partes de su ropa: su chaleco, la banda larga azul de su cintura junto a su calzado, seguido poco después por ambas muñequeras. El hombre no tarda mucho en percatarse que está siendo observado.

—Disculpa, ¿te desperté? —susurra Gogeta, sorprendido. Lo más seguro es que esperara encontrarlo dormido.

Vegetto niega con la cabeza, retomando su posición—. No puedo dormir. —contesta, volviendo al silencio. Sólo habla cuando nota que por fin hay otro peso ajeno al suyo en la cama, ocultando su felicidad y una sonrisa entre las cobijas—. Es tarde, te creía en tu hogar ¿qué haces por aquí a éstas horas?

Un suspiro de cansancio se oye a sus espaldas, seguido de más movimiento de la cama y cierta tensión en el cobertor— Se me fue el tiempo. Éste tipo, Hearts, es una verdadera molestia. Pero creo que ya acabé con él.

—¿Crees?

—Sí... —un brazo fuerte rodea el abdomen de Vegetto, reaccionando al sentir la calidez del cuerpo de Gogeta tomándolo por detrás. El movimiento es casi instintivo, acomoda su cuerpo moviendo la cadera hacia atrás para entrar más estrechamente en contacto con él—. No lo sé, los sujetos como él siempre encuentran maneras de volver. Espero estar equivocado.

—Esperemos que lo estés. —concuerda Vegetto, su sonrisa se amplia más al notar el aliento del contrario chocando en su hombro cuando éste se relaja—. Eso hace cosquillas...

Reaccionando a las palabras, Gogeta acerca todavía más su rostro al hombro contrario, sus labios acariciando la sensible piel de una manera que le provoca un escalofrío mayor. Fuese a propósito o no, la reacción logra que la sonrisa de Vegetto sea transmitida a Gogeta, encontrando ese tipo de sensibilidad bastante curiosa, por no decir adorable.

—Ah, estás frío. —suspira Vegetto de repente, acariciando el brazo que lo rodea y sintiendo la temperatura de su piel. Una piel que usualmente se mantiene con una calidez destacable.

Gogeta responde con un resoplido pues está demasiado agotado para contestar de manera adecuada a una pequeñez como esa; su agarre se hace más fuerte alrededor del abdomen del contrario, abrazándolo con tal cercanía que puede escuchar los acelerados latidos cardíacos. Vegetto entiende éste movimiento a la perfección, colocando finalmente su brazo encima del de Gogeta en un intento de aclimatarle, y guarda silencio.

Está tan cansado que apenas unos pocos minutos después, minutos en que Vegetto se ve sumido en la observación de las estrellas a través de su ventana, la respiración de Gogeta se ha ralentizado y su abrazo ha perdido casi toda la tensión. A Vegetto le hace cierta gracia cómo ha podido lograr dormirse sin el mayor esfuerzo... sin embargo, su sonrisa se desaparece cuando un inevitable y silencioso bostezo se escapa desde lo más profundo de su ser. La pesadez en sus ojos adquiere tal fuerza que es prácticamente imposible de ignorar.

Lo último que pasa por su mente antes de sucumbir al sueño es que quizá lo único que necesitaba era a Gogeta a su lado para lograr relajarse...

(( Nota de autor: octubre terminó, lo sé; de todas maneras sabía que no iba a cumplir los 31 días x'D. Doy por terminado el libro con éste drabble, disfruté bastante escribiendo todo; si llegaste hasta aquí te agradezco muchísimo por leer!~ ))

Flufftober 2021 (Gogeta & Vegito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora