3 Un ratón no tan acorralado

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Una pequeña joven con traje de ratón se asomó al cuarto desde el balcón. Sonrió al ver que no había moros en la costa, haciendo una señal con la mano para que el pequeño ejército de heroínas comenzara a correr al interior. Las pequeñas Belle mouse comenzaron a juntarse, dándole forma y cada vez más tamaño a la rubia de traje gris.

- Mullo fuera.

Un destello rosa la atravesó hasta que el pequeño kmami ratón apareció en el aire. El pequeño roedor la miro con los ojos cansados mientras se frotaba un ojo con pereza. Chloe camino en dirección a una bandeja con comida que su mayordomo había dejado antes de que ella saliera.

- ¿Qué quieres? ¿Un trozo de pan solo o con mantequilla?

- Solo, por favor.

La rubia partió un trozo del pan y se lo tendió al roedor, mientras que ella misma se sentó en su sofá después de hacerse un simple pan con mermelada.

Normalmente no comería cosas tan corrientes y menos hacerlas ella misma, pero desde que Mullo llego tuvo que cambiar algunas de sus costumbres para su molestia. El pequeño kmami no confiaba en la comida que le entregaban sin saber cómo se hizo, por lo que la mejor opción fue el pan, pues era un alimento con el que el roedor ya estaba familiarizado. Chloe solía pedir pan cada mañana para su desayuno, y hubo veces en las que Mullo se animó a probarlo con mermeladas, manjar o mantequilla, por lo que ella tuvo que comenzar a preparárselos.

- Ese chico era bastante guapo, el del traje azul que llego hoy - comenzó la rubia dando una mordida a su pan- ¿Quién era?

- El portador de la serpiente- el pequeño Mullo se estremeció- Él es el nuevo portador de Sass al parecer.

El pequeño ser se sentó sobre una de las piernas de su portadora y la miro con los ojos caídos como siempre. Chloe se había acostumbrado después de un tiempo a que Mullo hiciera eso. La verdad había sido un gran progreso que ambos tuvieron desde que se conocieron hace medio año. El kmami se sentará sobre su hombro, manos o incluso en sus piernas, el pequeño sabía que no le gustaba que tocaran su cabello por lo que se alejó de su cabeza. Chloe después de un tiempo comprendió que Mullo la veía a ella como un lugar seguro en el que estar.

Para ella fue un gran avance, pues al principio la irritaba y enojaba ver al cobarde roedor alejarse de ella. Esconderse cuando le daba órdenes. Incluso hubo momentos en los que el pequeño lloro de miedo y ella estuvo tratando de calmarlo sin éxito. Con el pasar del tiempo aprendió a ser más suave para hablar con él. A pedir las cosas de manera más amable y a escuchar las opiniones de Mullo que, aunque algo miedoso, era muy inteligente. Para Chloe, Mullo era más como un niño pequeño que un ser mágico con siglos de edad.

- ¿No te llevas bien con ese tal Sass? - arqueo una ceja no muy sorprendida. Mullo era bastante cobarde la mayoría del tiempo, la verdad, cuando el pequeño kmami llego en su caja no sabía si se había asustado más ella, por ver un roedor gigante y volador en su cuarto, o si fue él al escucharla gritar.

Fueron 5 minutos de gritos y lanzamientos de objetos hasta que Chloe se calmó y trato de sonsacarle información al pequeño, que para su mala suerte se escondió bajo su cama para evitarla. Fueron otros 10 minutos tratando de actuar "amable" para que cooperara.

- Sass es un kmami muy bueno en realidad, es amable conmigo. Pero me da miedo la manera en cómo sonríe.

- ¿En cómo sonríe?

- Tiene ojos delgados y su sonrisa tiene dientes afilados- el pequeño se jalo las mejillas para tratar de imitar el rostro del kmami de la serpiente. Chloe sonrió de lado ante la imitación- Puedo charlar con él, pero me pongo nervioso si lo miro de frente.

Semana ChloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora