1 Odio a las serpientes

212 16 0
                                    


No es que fuera quejosa, bueno... en algo debía quejarse ¿no? Sino el mundo seguiría tan mal como hasta ahora. Sus empleados no harían bien su trabajo, su peluquero no tendría idea de cómo arreglar su cabello, su padre con lo olvidadizo que es no recordaría todas las cosas que le promete y que le debe por ser su hija. Cosa que debe ser su mayor milagro.

En esta oportunidad tampoco se controlaría en sus quejas, era algo digno para estarse quejando.

- ¡Quiero hablar con Ladybug en este momento! - exigía a su kmami quien estaba comiendo tranquila y serenamente una galleta de limón sobre su mesón. La rubia comenzó a golpear su pie con impaciencia en el suelo a espera de que Sass le respondiera, pero era de esperarse de su kmami, no se prestaría a ninguna discusión si ella la iniciaba- Sass ¿Me estas escuchando?

- Claro que te escucho pequeña cascabel, claro que te escucho- habló con paciencia y esa voz seseante de serpiente. Chloe tuvo que aguantar esa molesta voz durante unos meses hasta que se acostumbró, en parte porque se dio cuenta que Sass cantaba bien y era una canción de cuna efectiva para dormir cuando tenía mucho estrés- Mi boca está comiendo, pero mis oídos están libres para oírla.

- Bien, quiero que me transforme para llamar a Ladybug en este preciso instante- ordeno sentándose en su sofá junto a la serpiente que seguía comiendo con calma.

- Podría hacerlo, pero la pregunta es ¿Por qué quiere llamarla y por qué del apuro? - Chloe abrió la boca indignada.

- ¿Por qué? ¡Pues porque me dejo a merced de esas horribles serpientes y solo se fue tras el akuma! - grito como si fuera obvio. Y claro que su enojo estaba justificado. Que Jingle Bell, quien era una heroína querida, admirada (por no olvidar hermosa) fuera perseguida por un grupo de serpientes era una humillación de otro nivel.

- Usted es una serpiente- respondió con calma el kmami mientras iba por su segunda galleta.

- Soy una heroína serpiente. No sé qué tienen esos asquerosos bichos que algunas personas los ven tan hermosos, si claro, sus colores y mi traje se ven hermosos, pero aparte de esos son gusanos gigantes que muerden, mudan de piel, se comen animales muertos...- la chica se cayó de golpe en su discurso al percatarse que tal vez estaba diciendo más de la cuenta. Le dio una mirada de reojo a Sass en busca de alguna expresión ofendida. El kmami de color verde agua sonrió complacido con sus pequeños colmillos y siguió comiendo pacíficamente su galleta.

Era un secreto entre él y Pollen que estaba orgulloso de su elegida. Talvez no tenga la suficiente paciencia y los suficientes filtros en muchas cosas, pero con el paso del tiempo ha notado como su fuerte carácter y actitud de hielo se a ido suavizando. Ahora era capaz de notar como se sentían las personas ante el filo de sus palabras, y aunque no siempre es la primera en dar las disculpas, sabe cuándo realmente ha cometido un error.

Chloe dejó caer su cabeza sobre el respaldo del sofá y entrecerró sus ojos azules hacía Sass con cierto disgusto por su manía de comer todo "desesperantemente" lento. Tuvo que aprender a usar la segunda oportunidad muy sabiamente, pues cada vez que se des-transformaba Sass comía de una manera tan pausada que las batallas ya terminaban cuando regresaba a la acción. Chat noir se mostró más comprensible ante estas situaciones, Ladybug le daba algunos consejos para transformarse más rápido, era la única que sabía su identidad al ser quien le entrego su miraculous, pero el verdadero problema era Abeille.

Esa abejita de pésimo carácter siempre tenía algo para quejarse de ella. Que debes proteger a los civiles, que no se acobarde de ensuciarse un poco en el campo ¿Que tenía de malo que quisiera pelear en el frente junto a Ladybug y mantener limpio su cabello? Su poder de repetición es muy útil, le ha salvado el trasero a esa molesta morena tantas veces que ya perdió la cuenta, y claro, Abeille y ninguno de los otros lo recuerda por lo que siempre termina diciendo que eso no paso. Esa abejita debería mejorar su detector de verdad al igual que su gusto en moda. Definitivamente no sabe cómo llevar las rayas, está segura que si usara el miraculous de la abeja sabría lucir mucho mejor.

Semana ChloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora