Afrodita: Es un gusto tenerte nuevamente aquí, Perseo.
Percy: Qué es lo que me trae aquí..?
Afrodita: Sentí que necesitabas mi ayuda.. Es sobre mis regalos, no es así? - Me preguntó en susurros, haciendo un gran énfasis en "mi".
Percy: Oh, sobre eso, creo que tengo un candidato que conoce del tema. Él puede ser mi guía.
Afrodita: No creo que sea la mejor opción que puedas tener, querido. - Su mirada era retadora y logró estremecerme hasta los huesos.
Percy: Me parece una situación muy vergonzosa, mi señora. De verdad no puedo pedirle ayuda a mi candidato? - Al menos debía intentarlo, no?, pensé.
Afrodita: Lamento que no, sé a quién estás considerando, pero hay una gran posibilidad de que se corrompa y caiga en el deseo carnal. - Me lo decía mientras me rodeaba, me tensé con cada palabra que soltaba.
Su actitud fue maternal hasta cierto punto, pero encontrarme en una situación así con una diosa es tan extraño y.. Lamentablemente, parece que no tengo más opción que aceptar.
Percy: .. Está bien, acepto su ayuda, mi señora. - Respondí en voz baja muy avergonzado.
Afrodita: Perfecto, ahora, sujeta mis manos y cierra los ojos, solo los abrirás cuando te lo ordené.
Obedecí sus órdenes y una ráfaga de viento nos rodeo. Sentí un poco de miedo de que esto fuera una trampa, pero me convencí de que ella no buscaba lastimarme.
Abrelos
Aún había un poco de niebla, pero lograba ver una silueta de un chico atlético que se acercaba lentamente. Cuando estuvo a un par de metros de mí, me sorprendí al ver que era Jason. Comenzó a pasar su mano por mis hombros y cuello mientras acortaba la distancia entre nosotros. De repente, sentí ese aroma embriagante que emanaba de él.
Percy: Afrodita-
No tuve tiempo de formular mi pregunta porque me sujetó suavemente del mentón y abrió un poco mi boca antes de besarme apasionadamente. Trate de empujarlo cuando sentí algo bajar por mi garganta, pero con una mano tenía sujetado firmemente mi cintura y con la otra enredo sus dedos en mi cabello y me mantuvo en todo momento pegado a sus labios, en algún punto deje de resistirme y me entregue a él. Jaló mi cabeza hacia atrás y solté un gemido al separarnos, sonrió y volvió a besarme salvajemente.
Te tengo
Sus labios ahogaban casi todos mis gemidos producidos por sus caricias y él aprovechaba para introducir su lengua en mi boca, la saliva empezaba a deslizarse por nuestros mentones y mis labios comenzaban a doler. Sus manos recorrían mi espalda y cintura por debajo de mi camiseta, estaban frías y eso me estremecía mucho más.
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𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐡𝐞𝐜𝐲 [actualización lenta]
Romansa•[aclaración: esta historia tiene un tiempo de publicación irregular]• Era un día tranquilo en el Campamento mestizo, un lugar lleno de semidioses, pero esa calma desapareció cuando la profecía anunció que 2 de los hijos de "Los 3 grandes" fueron el...