"Dijiste que me amabas"
En la habitación que comparte el Soukoku, han sucedido demasiadas cosas.
Desde confesiones tímidas por parte de ambos hasta actos muy desvergonzados.
Fuera de la habitación eran simplemente compañeros que se odiaban con cada centímetro de su ser—aunque, en el caso de Chuuya, no son tantos centímetros—, pero dentro de esta eran una pareja con un amor real y mutuo. Esa habitación era su refugio de toda esa sangre que habían visto escurrirse, era el único lugar donde sentían sus manos limpias y no sentían peso alguno.
No había culpa. Y se sentían como si fueran solo dos humanos amándose.
Chuuya se sentía bastante tranquilo de poder volver a ese lugar luego de un día horrible, pues era el único lugar —aparte del apartamento de Kouyou— al que podía llamar hogar.
Era de noche y ciertamente tarde, la misión que estaba cumpliendo anteriormente se había extendido un poco más de lo previsto, aunque, por suerte, no hubo nada que no pudiera manejar.
Entró a la habitación con total confianza, tenía la certeza de que su novio estaría ahí, quizás hasta esperándolo con impaciencia. Su corazón latió con fuerza ante la idea, sus nervios aparecieron, pero trató de controlarlos mientras ingresaba a la habitación.
Tal y como tenía previsto: Su novio sí se encontraba en la habitación, pero no lo estaba especificamente esperando.
—Dazai...—murmuró Chuuya al ver a su novio agachado frente al armario buscando, y realmente juntando, sus pertenencias dentro del armario. No considera que haya un motivo para que haga eso, y era la primera vez que lo veía hacer eso.
Mientras, el suicida se sobresaltó ligeramente al oír la voz del pelirrojo; de manera disimulada, dejó de reunir sus cosas y, con la mayor naturalidad que pudo forzar, se colocó de pie y se giró para poder encararlo directamente.
Chuuya quedó con la boca ligeramente abierta del asombro al notar que Dazai no tenía ninguna venda puesta en su rostro, absolutamente nada. No era la primera vez que veía el rostro entero de Dazai, pero igual le resultaba extraño.
—Oh, pequeño, llegaste.—La sonrisa que se encontraba justo ahora en el rostro de Dazai era una de las más falsas y forzadas que haya podido dar. Nakahara había creído que no vería nuevamente una sonrisa así por parte de su amado, pues desde hacía tiempo solo le dedicaba sonrisas honestas. Claramente aquí hay gato encerrado— ¿Has visto mi vendaje? Lo ando buscando...
Chuuya no entendía qué le sucedía tan de repente a su pareja, definitivamente había algo extraño, titubeó en si debía creer o no en sus palabras, pero igual decidió solo responder.
—Están donde siempre.—Señaló cierto cajón de la cómoda junto al armario.
—Oh, entonces creo que no hay más.—Dazai cerró sin decir más las puertas del armario, y se dirigió hacia la cama, tratando discretamente que Chuuya olvidara y perdiera el interés sobre lo que estaba haciendo— Entonces, ¿cómo te fue, cariño?
—Bueno, cumplí con la misión, pero... perdí a uno de mis subordinados en una misión, así que no se siente como una victoria—respondió Chuuya apretando los puños, le causaba coraje e impotencia ver morir o sufrir a alguien de los suyos. Inclinó un poco su cabeza con pena.
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Angstober [Bungou Stray Dogs]
Random→ 31 días de Octubre = 31 drabbles/one-shots. → Shipp: Soukoku. → Los personajes no me pertenecen, son del anime/novelas ligeras/manga "Bungou Stray Dogs" escrito por Kafka Asagiri e ilustrado por Sango Harukawa. → La lista que usé para este Angstob...