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"Quizás sea demasiado tarde"

Se bajó del auto lo más rápido que pudo, azotando la puerta sin importarle del todo la fuerza con la que lo hizo.

Comenzó a correr por el bosque, por el cual no podía cruzar con el auto y por ello tuvo que dejarlo, con dirección al lugar dónde se originaban esas explosiones de energía. Pese a la gran velocudad de sus pasos, tardaría un poco en llegar por lo lejos que estaba, igual corrió lo más rápido que podía sin importarle más nada.

Estaba molesto y angustiado. Le había dicho claramente a Mori que no debía mandar a Chuuya a una misión tan díficil solo, pero claro, a Mori poco le importó eso.

Lo que a Dazai le preocupaba no era que los enemigos matarán a Chuuya, sino que fuera la corrupción lo que acabara con el pelirrojo. Dazai había previsto que si Chuuya iba, usaría la corrupción, por eso no quería permitirlo.

"Quizás sea demasiado tarde" pensaba a medida que avanzaba, se estrellaba con algunos árboles y tropezaba de vez en cuando, pero eso no le impedía seguir.

Le importa demasiado el amor de su vida.

—¡Chuuya!—exclamó Dazai jadeando y con los nervios a flor de piel. No quería pensar en lo peor, sin embargo, eran los malos pensamientos los que dominaban su cabeza.

Cuando llegó al campo donde debía estar batallando su novio, el olor a sangre fue lo primero que percibió.

Era una escena bastante horrorosa, pero nada a lo que Dazai no estuviese acostumbrado.

Habían cuerpos regados por todos lados, ensangrentados, con heridas graves, ninguno parecía tener salvación. En el centro de todo, había alguien de pie, con su mano extendida hacia el cielo.

Ese alguien que todavía se mantenía de pie era nada más y nada menos que Chuuya, quien aparentemente había matado a todos los presentes, incluso a sus subordinados, puesto que su corrupción era incontrolable.

Dazai se aproximó hacia él con prisa, pero antes de alcanzarlo, Chuuya había caído al piso inconciente, se había desplomado. Aún así, se le acercó, incluso si este estuviese manchado con sangre.

Los tatuajes en el cuerpo de Chuuya comenzaron a desaparecer apenas ambos hicieron contacto, así como la pizca de energía que había en él. Su corazón ya no tenía energía para latir y su respiración estaba demasiado débil. Su estado era lamentable.

El pelirrojo sintió como los brazos de Dazai lo tomaban, quiso abrir los ojos para verlo, pero ni eso podía, sentía como poco a poco perdía vitalidad.

Con su último aliento y la última pizca de energía que tenía, decidió golpear con demasiada suavidad el pecho de Dazai, aumque por dentro se sentía feliz de poder sentirlo.

Estaba feliz de que haya llegado Dazai, por eso, en su mal estado, sonreía con honesta alegría.

Pero esa sonrisa no quitaba la tristeza y preocupación de Dazai, quien lo agitaba y llamaba queriendo que despertara y reaccionara, pero no podía hacer nada, no podía ayudarlo.

Porque como tanto temía: La corrupción había acabado con su amado.

Angstober [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora