Capítulo 20.

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Por Harrison.

Sentía que mi cuerpo no era mío, solamente era llevado de tienda en tienda de ropa junto con Elnath, ambos llevábamos diferentes bolsas de ropa, muchas en realidad si tomamos en cuenta que en algunas bolsas había unas pocas reducidas.

- ¿Cuánto tiempo falta para acabar con esta tortura?

Habían transcurrido apenas 2 horas.

-Quizás 2 horas más o 3.

-Harrison, Jake, vamos, encontramos una camisa espléndida para ambos.

Ellos de manera obediente fueron tras el dúo mientras los aventaban al vestidor y en unos pocos minutos ellos salían para obtener el punto de vista de ellos.

-Queda bien.

Wow, esta era la primera vez que a la primera se conformaban.

- ¿Quizás algo formal iría bien en ambos? - había dicho Alice.

-Buena idea, aunque...

-Sabes que mi guardarropa está llena de pura ropa formal Draco...-

-Oh no es para ti, ese es para Elnath, para ti tenemos otra cosa, algo más juvenil.

- ¿No habíamos acabado?

-Noup, en realidad tienes bastantes cosas formales y se supone debemos estar entre adolescentes hormonales dispuestos a abalanzarse en tu cuerpo de adonis.

-Ja, ja, ja, que gracioso Malfoy, aunque te doy un punto al decir que necesito algo de ropa informal.

Aunque quizás eso no sería lo mío, después de todo siempre (o al menos con mi madre Regulus) he utilizado ropa formal, o en su mayoría.

-Bien vamos.

-Oh no, Alice es quien te va a acompañar mientras que Elnath vendrá conmigo.

>>Así que nos vemos en la fuente dentro de 2 horas>>

Quizás estaba loco, pero parecía ver en la mirada de Elnath un brillo especial al ver a Draco.

¿Acaso él?... ¿Era eso posible?

La lógica me decía que era imposible, después de todo las únicas personas destinadas de Draco eran los gemelos Weasley, era imposible que la madre magia te volviera a otorgar una segunda oportunidad de volver a tener un destinado.

Si fuera así... Dentro de poco podría ver una boda por parte de ellos.

Estaría feliz por ellos, aunque en mi interior ya estaba celoso de ese hecho, estaba celoso de que la magia le diera una oportunidad más a él.

En fin, después de todo no es cómo si yo llegara a vivir mucho tiempo.

Salí de mis pensamientos pesimistas, centrándome en la ropa que me daba Alice.

Solo la tome sin prestar atención mientras me asombraba al verme.

Uno de ellos era un pantalón negro, roto en algunas artes dejando ver algo de mis piernas, una playera sin mangas de un gris oscuro y una sudadera sin mangas con una capucha de un tono negro.

Wow, de verdad era de buen gusto Alice.

O uno menos llamativo lo que parecía ser un pantalón de deporte holgado, de un azul petróleo, una playera de color gris y una sudadera de color blanco.

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