Capítulo 2

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Agresivo:
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Chiapas abría los ojos, sus pestañas cortas mantenían los rastros de gotas, quizá del rocio de la mañana.

Su vista perdida se fijó en su alrededor, se encontraba dormido en el suelo, probablemente se quedó ahí después de perder el conocimiento por el exceso de alcohol en su sistema, suerte que su cuerpo tenía buena resistencia, sino hubiera terminado en el hospital por un coma etílico.

Con dificultad tomo asiento en el suelo, enfrente de él, a unos dos metros se encontraba tirado sobre un arbusto Quintana Roo, parecía inconciente, se dio la vuelta entonces observó a Guerrero entre las ramas de un árbol, parecía que estás no resistieron más y terminaron rompiéndose, el ruido seco de la caída invadió sus oídos lo cual intensificó su dolor de cabeza, Guerrero parecía que no lo sintió, siguió durmiendo pacíficamente, este loco... ¿Como puede dormir después de...?

Al final decidió no preocuparse por los demás a su alrededor, siempre terminaban igual después de una peda.

Termino por ponerse de pie, todo en el alcance de su visión daba vueltas, eran los mareos provocados por el alcohol.

Ya había dicho un millón de veces que no volvería a tomar la misma cantidad del alcohol, fallando igual en todas por igual. Tampoco le interesaba mucho, era una representación, el alcohol no lo mataría mucho menos le provocaría alguna enfermedad, si fuera un humano normal ya estuviera tres metros bajo tierra desde hace décadas.

Caminando chueco llegó a la puerta de cristal que daba a la casa principal, abrió la puerta, entró y después se dirigió a la cocina, lugar del cual salía un aroma demasiado delicioso.

— Buenos días... — saludó recargandose por unos instantes en el marco de la puerta.

— Buenos días — respondió al saludo Oaxaca mientras servía los platos respectivos para el desayuno — ¿Vas a desayunar de una vez o dormirás otro rato? — preguntó aún manteniendo su mirada en las ollas que hervía en la estufa.

— De una vez, no creo poder seguir durmiendo — el recuerdo de Guerrero cayéndose por las ramas del árbol no era muy lindo, puede que sea gracioso pero le causaba dolor de cierta forma.

— Entendido — confirmó Oaxaca poniéndole un plato en frente — provecho —

¿Por qué Oaxaca se porta tan servicial? Si le preguntan a Chiapas, no sabría decirles, Oaxaca era la clase de personas que amaba cocinar, pero eso no significaba que le encantará servir a los demás, cosa que rara vez hacia, sin embargo... Ahí estaba, sirviendo platos de comida para los que estaban en la cocina, todavía con una sonrisa poco notoria en su rostro.

— Yo tampoco lo se... Es muy extraño — Puebla a su lado hablo, Chiapas ni siquiera había notado su existencia —

— Ni que lo digas — suspiro, Oaxaca por suerte no los escuchaba, estaba perdido en su mundo.

— Quizá tuvo una buena noche... — opinó Yucatán, quién se encontraba sentado enfrente de Puebla —

— ¿Qué? — preguntó confundido Tabasco —

— Ya sabes a lo que me refiero — contesto antes de concentrarse en su desayuno.

— ... —

Los demás estados decidieron dejar de lado el asunto, ¿Que importaba? Sea cual sea la razón, ya les había cocinado y servido gratis.

Después de eso Oaxaca se terminó retirando... Ni siquiera desayuno, ¿Por qué?.

No tardó en qué los estados respectivos al norte bajarán las escaleras o entrarán a la casa.

𝓓𝓮𝓼𝓬𝓸𝓷𝓸𝓬𝓲𝓭𝓸 - ˢᵗᵃᵗᵉʰᵘᵐᵃⁿˢ -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora